Habrá quinto partido. Para disgusto del aficionado blanco, alivio del azulgrana, y deleite de todos los aficionados al baloncesto. Porque una final Real Madrid – Barcelona no podía merecer otro colofón. Un partido vital, a vida o muerte, en el que se decida toda una temporada. Porque los cuatro anteriores han sido un ejemplo de entrega e igualdad, de dos equipos muy parejos, ambos fieles a sus ideas de baloncesto, y entre los que una jugada, un error, puede decidir un título.
Lo fue el de hoy también, a pesar del marcador final, fruto de la desesperación de los blancos con los colegiados en el último minuto. Para hasta entonces, el tanteo fue siempre muy igualado, aunque con el Barcelona en todo momento por delante. Gracias, sobre todo, a un protagonista que ha tardado en llegar, pero vaya cómo lo ha hecho: Ante Tomic. 18 puntos y 11 rebotes hoy del croata.
Arranque explosivo
Su primer cuarto fue para enmarcar. 12 puntos, asumiendo todos los galones en el que, probablemente, era el momento más complicado para el Barcelona. Al menos anímicamente, después del palo sufrido el viernes. Pero gracias a Tomic se vieron pronto por delante, recuperando de inmediato la confianza perdida.
El Madrid no encontraba la forma de detener el juego interior azulgrana, al que también se sumó Erazem Lorbek con cuatro puntos consecutivos, y llevando, mediado el segundo cuarto, la distancia a nueve puntos a favor del Barcelona. Pero conseguía resistir al Madrid, pese a que no era su día en el lanzamiento. Tocó doblegarse en los esfuerzos, y llegar así al descanso sólo dos puntos por debajo (34-32) tras un triple de Sergio Rodríguez sobre la bocina.
Triple que repetiría nada más arrancar el segundo tiempo Dontaye Draper, para poner a los blancos por primera vez –y ultima- por delante en el marcador. Con esa gran igualdad continuó todo el tercer cuarto, con el Madrid echando de menos los lanzamientos de Carroll y Rudy (0 de 16 lleva el mallorquín en esta final) y agradeciendo que Felipe Reyes haya vuelto a ser Felipe Reyes.
Para colmo, a falta de dos minutos para finalizar el cuarto, Juan Carlos Navarro se marchaba para no volver tras sufrir un pinchazo en el cuádriceps. Pero si como de un aguijón se tratara, los azulgrana comenzaron a apretar aún más en defensa, y encadenaron un parcial de 9-0, con tres canastas de un genial Mavrokefalidis, que parecían sentenciar de nuevo el encuentro.
Pero no. Este Real Madrid nunca se rinde y, a falta de tres minutos, comenzó una reacción que lo situó a sólo dos puntos a falta de dos minutos. Y entonces se produjo la jugada polémica del encuentro. Con los blancos en plena efervescencia, Ante Tomic perdió un balón por línea de fondo, pero los colegiados le dieron el balón al Barcelona. Hubo falta sobre Oleson, el de Alaska no falló los tiros libres, y los de Laso no dejaron de protestar, hasta que le señalaron técnica a Rudy Fernández. Y continuaron entrando los tiros libres.
Al final, 73-62 para el Barcelona pero, lo más importante, habrá quinto partido en Madrid. Un partido para el que podrá contar con Ante Tomic, que hoy demostró que sí está en la final, pero quizá no con Juan Carlos Navarro. Una baja demasiado sensible para un partido tan importante. El más importante del año.