Este sábado Eric Abidal regresaba a los terrenos de juego un año después de sufrir un trasplante de hígado. Sin duda, una gran noticia para el mundo del deporte. Pero paralelamente se producía otra totalmente contraria, que ha pasado más desapercibida.
El joven jugador de baloncesto Oumar Diakité, de 19 años y perteneciente al Leyma Natura Coruña de la Adecco Oro, fallecía a causa de un cáncer que le fue detectado el pasado mes de marzo, y que ha terminado con su vida en apenas unas semanas.
El jugador llegó de Mali hace tres años dispuesto a triunfar en el baloncesto como han hecho recientemente otros jugadores africanos en Europa, como el caso de Serge Ibaka.
Según relata Pablo Romero, en una nota de la Federación Española de Baloncesto, "durante este tiempo, sus compañeros en el equipo filial se han esforzado por devolverle la esperanza y la alegría con la que él mismo les contagió durante sus tres años en el club. Dos meses de enfermedad durante los que nunca faltó un compañero a su lado y en los que Diakité pudo sentir el cariño de un club en el que los valores solidarios se ponen de manifiesto en el día a día".
Porque sus compañeros de equipo aseguran que su personalidad favorecía el buen ambiente y la convivencia dentro del vestuario. "Con apenas 19 años enseñó a la cantera coruñesa a luchar por sus sueños", terminaba la nota de la FEB.
Pero el sábado por la tarde su luz se apagó, víctima del cáncer. Porque, por desgracia, no todos los casos son como los de Abidal. Descanse en paz.