Mestalla, Baracaldo y ahora Vitoria. El Fernando Buesa Arena -pabellón que lleva el nombre del consejero socialista del Gobierno vasco asesinado por ETA el 22 de febrero de 2000-, sede de la Copa del Rey de baloncesto 2013, fue este domingo escenario de los abucheos al rey Juan Carlos en los prolegómenos de la final que el Barça Regal acabó ganando al Valencia Basket por 85-69. Especialmente por parte de los aficionados catalanes y vascos más radicales.
Minutos antes de que comenzase el partido, el monarca hizo acto de presencia en el palco del pabellón vitoriano junto al ministro de Educación, José Ignacio Wert; el lehendakari Iñigo Urkullu y el presidente de la ACB, Eduardo Portela. Y tuvo que escuchar una atronadora pitada tanto hacia su figura como al himno español, así como gritos de "fuera, fuera". El himno sonó sólo durante 23 segundos y fue inaudible a causa de los pitos.
Estaba claro que el rechazo a don Juan Carlos sería absoluto en Vitoria, especialmente después de que la coalición proetarra EH Bildu calentara la final el sábado con un comunicado en el que afirmaba que "no será bienvenido". El Rey "representa a una institución impuesta, heredera del franquismo, ficticia y que no es representativa en Euskal Herria", escribió Bildu en su texto.
Además, la crisis de imagen de la corona española, principalmente por los turbios negocios de Iñaki Urdangarín, y el desafío soberanista de Cataluña más patente que nunca, no contribuyen precisamente a mejorar el clima.
Los antecedentes
No es ni mucho menos la primera vez que el monarca es abucheado por la afición en una final de Copa, tanto de fútbol como de baloncesto. Ni tampoco la primera que Televisión Española camufla los hechos en la mayor medida posible.
Hace tres años, en el Bilbao Exhibition Centre de Baracaldo, el Rey también tuvo que soportar los abucheos dirigidos hacia su figura durante la final de Copa de baloncesto que el Barcelona ganó al Real Madrid (80-61).
En cuanto al fútbol, Su Majestad fue abucheado en dos de las últimas cuatro finales de Copa disputadas, ambas en Mestalla en 2009 y 2011. A las que no acudió fue a las jugadas en el Camp Nou en 2010 y a la del año pasado en el Vicente Calderón. Hace cuatro años, el encuentro entre Barcelona y Athletic de Bilbao (4-1) estuvo marcado por la chapuza de Televisión Española al censurar los pitos al himno y al Rey y luego emitir las imágenes en el descanso, lo que acabó costando el puesto al entonces jefe de Deportes del ente público, Julián Reyes. En un intento por justificar lo injustificable, TVE aseguró horas después que se debió a un "error humano".
El año pasado, en una nueva final entre Barça y Athletic (victoria para los culés por 3-0), fueron los príncipes de Asturias quienes acudieron al palco del Vicente Calderón en representación de la Casa Real. Fue un choque marcado por los pitos al himno español, que duró apenas 30 segundos y sonó al umbral del dolor -a 100.000 vatios de potencia y 120 decibelios-, así como por los insultos hacia la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que en los días previos había asegurado que el partido debería suspenderse si se pitaba al himno español. Una vez más, los silbidos tampoco se escucharon en TVE.