La final de la Copa griega de baloncesto, entre el Panathinaikos y el Olympiacos, ha rozado la tragedia. Poco antes del inicio del partido, los aficionados comenzaron a lanzar bengalas de un fondo a otro del pabellón, con objeto de alcanzar a la hinchada rival.
Algunas alcanzaron la grada y otras se quedaron en la cancha. Una de ellas impactó en el jugador Kyle Hines (Olympiacos), que cayó al suelo y tuvo que recibir asistencia médica. Hines sufrió quemaduras en el cuero cabelludo, pero pudo volver a la cancha.
Las autoridades decidieron entonces desalojar el pabellón y que la final se disputase a puerta cerrada.