El Valencia Basket ha logrado el pase a la final de la Copa del Rey de baloncesto seis años después de su última cita tras deshacerse con solvencia del Gran Canaria, al que le pesaron los pies desde el primer minuto.
La tensión vivida ayer ante el Bilbao, más la presión de sentirse a las puertas de la historia hizo que los canarios mostraran su peor versión en la primera mitad. Nada que ver con el encuentro de cuartos de final. Eso lo aprovechó el Valencia, más firme, más asentado, más curtido, supo aprovecharlo, y desde el comienzo puso una tierra de por medio que ya sería insalvable.
Con un gran Rafa Martínez y de nuevo Vítor Faverani (ojo a la Copa que se está marcando el brasileño) loss de Perasovic se marcharon siete puntos arriba en el primer cuarto, y 17 al descanso, después de un triple sobre la bocina de Pau Ribas. Pero más que la distancia, fue la imagen de los canarios, que se quedaron en 22 puntos en todo el primer tiempo, lo que dio por concluido el choque mucho antes de tiempo.
Porque luego sí, tiraron de orgullo, trataron de acercarse en el marcador, e incluso llegaron a rozar la barrera psicológica de los diez puntos, pero el Valencia no permitió que llegaran a soñar con la remontada. Justin Doellman, con gran acierto desde fuera, se encargó de ello.
El Herbalife Gran Canaria se marcha de esta competición con la sensación de las cosas bien hechas y con la alegría conseguida ayer, cuando por primera vez en su historia lograron una victoria en la Copa del Rey. El Valencia, por su parte, llega a la final con unas enormes sensaciones, después de deshacerse con solvencia tanto de los canarios como de Estudiantes en cuartos. Toca soñar. Pero el Barça será otra cosa...