Hay partidos que son bonitos por el juego que en él se ve. Hay otros que lo son por el fenomenal ambiente que se genera en su entorno. Y los hay, pocos, que lo son por ambas cosas. Eso es lo que sucedió esta noche en Vitoria, donde Bilbao y Gran Canaria disfrutaron e hicieron disfrutar en un choque que se terminó llevando el conjunto canario por 62-74.
Desde el principio se vio que iba a ser un gran encuentro, sin duda el mejor de esta Copa salvando la batalla histórica que libraron Real Madrid y Barcelona. Bilbaínos y canarios estaban afinados en ataque, mordían en defensa, alternaban grandes canastas... hasta que una buena racha de los de Pedro Martínez permitió a los de amarillo marcharse 11 puntos arriba. Sólo los minutos de inspiración de Lamont Hamilton, con 9 puntos consecutivos, impidieron que el Bilbao ya diera el partido por perdido.
Daba igual, sólo fue un espejismo, porque el Gran Canaria tenía claro que este partido iba a ser suyo. Y lo consiguió gracias en parte a dos triples muy certeros de Scheyer, uno justo al final del tercer cuarto y otro al poco de comenzar el último periodo que puso la máxima diferencia a favor de los amarillos hasta el momento, once puntos.
Pero si a alguien hay que destacar en el conjunto amarillo fue a Xavi Rey. Estratosférico. Cada vez que el ataque canario se veía ahogado, que había un tiro marrado, ahí aparecía el pívot catalán para rebañar y anotar. Con 22 puntos y 8 rebotes terminó un hombre que está llamando muy en serio a las puertas de la selección.
Lo intentó el Bilbao en el ultimo tramo con una defensa asfixiante, buscando el último arreón, pero no tuvo acierto en el ataque, y de nuevo Schayer rompió la dinámica con un 2+1 que terminó de decidir el partido.
El Gran Canaria, el equipo que más color está dando a esta Copa del Rey,y la afición que más se está haciendo escuchar de todas las que han acudido a vitoria, tendrán un día más de fiesta. En semifinales, ante el Valencia. Se lo merecen.
Faverani destroza al Estudiantes
El Estudiantes llegaba a Vitoria dispuesto a convertirse en la sorpresa. Y capacidad tenía para ello. Pero la baja de última hora de Carl English, el máximo anotador de la Liga Endesa, por una gastroenteritis aguda, fue un mazazo demasiado duro. Su ausencia supuso que se apagaran las luces en ataque, y con ello, las ilusiones.
Los de Txus Vidorreta sólo pudieron aguantar, a base de coraje -eso nunca les faltará-, el primer cuarto. Bueno, eso y el escaso acierto en el tiro del Valencia Basket. De ese modo se llegó con 15-13 al descanso. Pero entonces emergió la figura de Vítor Faverani -que terminó con 23 puntos- para permitir a los taronjas escaparse poco a poco en el marcador.
Canasta a canasta, casi siempre bajo el tablero, el brasileño confirmó su progresión y permitió a los suyos marcharse al descanso doce puntos arriba, después de un canastón de Pau Ribas. Y si los colegiales soñaban con una reacción al volver de los vestuarios, pronto se dieron de bruces con la realidad: primera jugada y triple de Justin Doellman.
A lo largo del segundo tiempo Faverani siguió en su línea demoledora. Además, el Valencia encontró el acierto en el lanzamiento exterior, lo que dejó sin opción de meterse en el partido al Estudiantes. De hecho, la ventaja fue creciendo a medida que pasaban los minutos, hasta llegar a los 23 puntos a falta de poco más de cinco minutos.
Al final, victoria cómoda del Valencia, que accede a semifinales después de dejar a su rival en 59 puntos. Y es que el Estudiantes echó mucho de menos a Carl English. Demasiado...