El Unicaja consiguió una nueva victoria en su visita a Fuenlabrada en un encuentro en el que los locales buscaron la sorpresa desde el inicio aunque que los visitantes, poco a poco pudieron desplegar su juego, sumar puntos con buen ritmo y escaparse en el marcador en el último cuarto.
Porfirio Fisac sorprendió de inicio con un quinteto sin base y con tres hombres altos. El encargado de manejar el juego en estos primeros momentos sería Cortaberría. El invento le salió bien, puesto que las primeras diferencias fueron locales mientras que Repesa, en el banquillo visitante, pronto tuvo que mover a sus hombres para buscar una solución.
El final del primer cuarto llegaría con un 17-10 en el marcador, algo nuevo en el Fuenlabrada este año, puesto que hasta el momento siempre comenzó perdiendo. Pero las dudas volvieron en el segundo cuarto, saltaron a cancha los bases, tuvieron su oportunidad los suplentes, mientras que los malagueños mostraron la teórica mayor calidad de sus hombres. Apenas notaron el cansancio de los viajes y remontaron. Al descanso se llegaría con los dos equipos igualados, 32-32.
En el reinicio, Fisac intentó la misma sorpresa que en el inicio pero no fue suficiente. Con una alarmante falta de ideas, sin mucho movimiento en el juego interior, su hombres terminaron por buscar a Mainoldi para que solventara el ataque. Enfrente, el Unicaja centró sus ataques en Dragic, aunque la diferencia estuvo en la mayor aportación del resto del equipo.
El último cuarto comenzaría con 48-51 en el marcador, pero los locales estaban ya descentrados. No supieron afrontar estos últimos minutos, cuando aún tenían opciones en el partido.
Los malagueños, por su parte, estaban más centrados, más claros en su mentalidad y supieron finalizar con éxito sus ataques. Así la diferencia fue aumentando de forma progresiva hasta que los últimos minutos se jugaron con los dos equipos conociendo cuál era el signo final del partido.