El Unicaja inició su nuevo proyecto de la temporada en la Euroliga con una derrota (80-85) ante el Maccabi, en un encuentro en el que en muchos momentos fue inferior a su rival, aunque tras un gran tercer cuarto y un buen arreón final llegó a soñar con la victoria.
El equipo malagueño, tras un comienzo fulgurante, esperanzador, intenso y fuerte, con ventaja en el marcador, inició el declive, sobre todo cuando el técnico croata Jasmin Repesa empezó con las rotaciones y la entrada del base estadounidense Marcus Williams, sin ritmo, lo aprovechó el Maccabi para empezar el despegue.
También el entrenador David Blatt había dejado a uno de sus mejores jugadores en el banquillo, el escolta estadounidense David Logan, pero su salida a la cancha, despejó cualquier duda, con su talante anotador y una aguerrida defensa, que contagió a sus compañeros para situar un preocupante 25-43, minuto 15.
El Unicaja era un desorden total, con el ala-pívot James Gist, desubicado y cargado de faltas personales, y Williams, sin realizar su labor de dirección, además de una endeblez defensiva aprovechada por el conjunto israelí más experimentado, con mejor juego interior y con jugadores como el ala-pívot Lior Eliyahu, Logan y el base estadounidense Ricky Hickman, cuyo potencial era superior al de los cajistas.
Repesa veía con preocupación la caída de su equipo y volvió a situar como base a Calloway, que junto con el incombustible y veterano Carlos Jiménez, y la ayuda anotadora del escolta Txemin Urtasun, recortaron algo la diferencia 36-47, minuto 20, que ofrecía alguna esperanza para la segunda parte.
El Unicaja sabía que para tener alguna opción de ganar el partido tenía que defender al límite y así lo hizo. El partido se volvió vibrante, intenso, duro y con un jugador destacado que levantó a su equipo, Calloway, que lideró la remontada con triples, tiros de dos y asistencias a sus compañeros 54-56, minuto 27.
Los árbitros señalaron una falta antideportiva y una técnica al banquillo del Unicaja por protestar que el Maccabi aprovechó con seis puntos 54-62. El Unicaja había hecho lo más difícil y no iba a cejar en su empeño de ganar el encuentro y volvió a la carga nuevamente con Calloway 63-63, minuto 30.
Pero el Unicaja, muy irregular, durante todo el encuentro, sin un punto intermedio, tuvo cinco minutos muy apáticos y el Maccabi, más rodado, mostró su acierto en el triple con dos del alero Yogev Ohayon y uno del escolta Guy Pnini, que sentenciaron prácticamente el encuentro, 65-77.
Aún hubo tiempo para una reacción final, que colocó al conjunto malagueño a tres puntos del macabeo a falta de poco más de un minuto, pero el conjunto de Tel Aviv demostró su experiencia para no dejarse sorprender en las últimas jugadas.
Caja Laboral cae en Grecia
Por su parte, el Caja Laboral arrancó la Euroliga también con derrota, 85-81, en su visita a Olympiacos, vigente Campeón de Europa, en un partido donde los vitorianos terminaron pagando la falta de ritmo y rotaciones para ceder ante el equipo griego.
Olympiacos recurrió al saber hacer de Spanoulis, 16 puntos, para dirigir a su equipo y los griegos resultaron letales desde el perímetro, con once canastas de diecinueve intentos, que les allanaron el camino a la victoria.
Los vitorianos se vieron sorprendidos por el eléctrico arranque de Olympiacos que, de la mano de Spanoulis y Dorsey, castigó desde el juego interior a la floja batería baskonista. Nocioni asumió los galones y el argentino empezó a cimentar un parcial de 0-10 en los últimos tres minutos que le situó con la máxima renta para el minuto diez, 18-23.
La ventaja llegó a crecer, 20-28, en el arranque del segundo acto, pero los de Ivanovic cayeron en un agujero negro encajando un 16-1 en cinco minutos que devolvió el mando a los helenos, 36-29. Dos triples de Bjelica y Nocioni parecieron devolver al partido al Baskonia, 38-37, pero de nuevo golpeó Olympiacos, un 10-0 con el acierto de Spanoulis y Perperoglou, para llegar con su máxima ventaja al descanso, 48-37.
Los de Ivanovic cambiaron por completo en la reanudación para dar la vuelta al partido, 57-61 minuto 27, gracias a los trece puntos del renacido Lampe que completó la reacción con un triple para poner por delante a los suyos.
Con una mínima renta, 64-66, empezaron los vitorianos el cuarto definitivo. De nuevo emergió la maestría de Spanoulis en la dirección para manejar el ritmo de su equipo y el partido.
Un parcial de 9-1 en tres minutos fue crucial para terminar poniendo tierra de por medio, 82-73 minuto 38, ante un Caja Laboral que lo intentó, pero terminó por desinflarse encajando la primera derrota europea.