Claro, Armstrong.
No se preocupe, pero lo tiene dificil. Ahora bien, si usted se nacionalizase francés...
Al chauvinismo francés le resulta muy difícil de digerir que usted ganase siete Tours de France consecutivos, después de otros cinco consecutivos de mi compatriota Induráin, Miguelón para sus amigos, por lo grande en todos los sentidos que es. Y sumando esos años, son TRECE. Trece años, casi toda una generación de ciclismo sin un mal triunfo -salvo alguna etapa en sus respectivas localidades, que les permitían a los franceses- que llevarse a la boca.
Pero si no proclamaron al ciclista español vencedor del Tour por descalificación del primer calsificado ¿Lo recuerda? Y a Alberto ya verá cómo le ponen todas las trabas posibles.
Lo del dopaje -estímulo mediante sustancias químicas de síntesis que aumentan la capacidad muscular y respiratoria de los ciclistas, no confundir con drogas en el peor sentido del término, por favor- no está bien. pero de eso a la persecución a la que someten a los ciclistas va un abismo.
Se me ocurre que, quizá lo que habría que prohibir es a determinados directivos que se resisten a dar como ganadores a ciclistas no franceses. A cambio podría autorizarse el uso de todas esas sustancias y que cada cual haga uso de ellas en libertad.
Y, liberalizado su uso, todos tienen la misma posiblidad de acudir a ellas.
A partir de ahí, establecer dos clasificaciones:
Una con los que utilizan estimulantes. Otra con los que corren, como vulgarmente se dice, "a pelo".
Y dos premios, claro, uno para los ganadores "con ayuda" Y el ganador con estimulantes. Y otro, múltiplo por cien del anterior, para los corredores "a pelo", limpios.
La diferencia entre ambos premios se las pueden pedir los perjudicados a las compañías de medicamentos estimulantes utilizados por la "publicidad"
- ¡Qué le parece?
Pues ¡Manos a la obra!
Por cierto, Sr. Armstrong, espero que se vaya recuperando de su caída en la Vuelta a Castilla y León.
Discúlpeme si colgué mi comentario anterior antes de interesarme por su salud, como era mi intención y debí haber hecho.
Un cordial saludo y ¡ánimo y a recuperarse pronto!