L D (EFE) Armstrong, que ya ganó con autoridad la contrarreloj de la Vuelta al Algarve ofreciendo una grata impresión, acaba de ganar la Vuelta a Georgia con dos triunfos parciales, uno de ellos también en una cronometrada, lo que evidenció un buen camino hacia su sexto Tour consecutivo.
El líder del US Postal no ganaba una carrera por etapas en su país desde 1998 e indicó que de momento "todo marcha bien" y sus piernas acumulan los kilómetros necesarios para llegar a tope a la línea de salida del Tour el próximo 3 de julio en Lieja. Sus rivales en Georgia terminaron con pocas dudas sobre las posibilidades de Armstrong en el Tour. "Nadie le batirá. Para que pierda tiene que cometer un fallo táctico, pero no lo suele hacer", señalaba el canadiense Gordon Fraser, ganador de la última etapa
Armstrong se permitió el lujo de ganar al esprint la tercera etapa y cumplió los pronósticos en la contrarreloj de 30 kilómetros. Una vez de líder supo mantener sin problemas la ventaja de 24 segundos sobre el alemán Jens Voigt. El equipo cuidó la ventaja del líder y también demostró que el texano tiene bien engrasada la maquinaria camino de Francia. La Vuelta a Georgia expuso el cambio de la sociedad estadounidense hacia un deporte que no se encuentra entre sus favoritos. En esta ocasión, atraídos por el ídolo Armstrong, miles de personas siguieron la carrera desde las cunetas con un interés hasta el momento desconocido.
Muchos de los seguidores de Armstrong no son, ni mucho menos, expertos en ciclismo, pero valoran la personalidad y coraje de una persona que para ellos ha sido un ejemplo por vencer una enfermedad como el cáncer y por ser capaz de reinar en el ciclismo europeo desde hace un lustro. Armstrong no había participado en una prueba por etapas en Estados Unidos desde hace seis años, cuando disputó una clásica en Oregon.
El líder del US Postal no ganaba una carrera por etapas en su país desde 1998 e indicó que de momento "todo marcha bien" y sus piernas acumulan los kilómetros necesarios para llegar a tope a la línea de salida del Tour el próximo 3 de julio en Lieja. Sus rivales en Georgia terminaron con pocas dudas sobre las posibilidades de Armstrong en el Tour. "Nadie le batirá. Para que pierda tiene que cometer un fallo táctico, pero no lo suele hacer", señalaba el canadiense Gordon Fraser, ganador de la última etapa
Armstrong se permitió el lujo de ganar al esprint la tercera etapa y cumplió los pronósticos en la contrarreloj de 30 kilómetros. Una vez de líder supo mantener sin problemas la ventaja de 24 segundos sobre el alemán Jens Voigt. El equipo cuidó la ventaja del líder y también demostró que el texano tiene bien engrasada la maquinaria camino de Francia. La Vuelta a Georgia expuso el cambio de la sociedad estadounidense hacia un deporte que no se encuentra entre sus favoritos. En esta ocasión, atraídos por el ídolo Armstrong, miles de personas siguieron la carrera desde las cunetas con un interés hasta el momento desconocido.
Muchos de los seguidores de Armstrong no son, ni mucho menos, expertos en ciclismo, pero valoran la personalidad y coraje de una persona que para ellos ha sido un ejemplo por vencer una enfermedad como el cáncer y por ser capaz de reinar en el ciclismo europeo desde hace un lustro. Armstrong no había participado en una prueba por etapas en Estados Unidos desde hace seis años, cuando disputó una clásica en Oregon.