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Armstrong se corona Rey en el centenario del Tour de Francia con su 5ª victoria consecutiva

Lance Armstrong ha entrado este domingo por méritos propios por la puerta de honor, la de los ases, de los Campos Elíseos de París. El norteamericano ha ganado su quinto Tour consecutivo, como Mercks, Anquetil, Hinault e Induráin. De 31 años, aún estará en condiciones de pelear por el sexto en 2004. Los españoles, que han realizado una magnífica vuelta, se traen cuatro etapas y el cuarto y quinto puesto de la general.

L D (Agencias) El estadounidense Lance Armstrong, del US-Postal, consiguió este domingo en París su quinto Tour consecutivo al término de la vigésima etapa. En este último tramo del Tour de Francia, que discurría entre Ville d´Avray y los Campos Elíseos de París se ha impuesto en esprint el francés Jean-Patrick Nazón, del equipo Jean Delatour, con un tiempo de tres horas, 38 minutos y 49 segundos.

Buen balance del ciclismo español a pesar de la caída de Beloki. Aunque ninguno subirá el podio, se traen cuatro etapas (Mayo en Alpe d'Huez, Sastre en Plateau de Bonascre, Flecha en Toulouse y Pablo Lastras en Saint-Maixent l'Ecole. Cuatro corredores han acabado entre los diez primeros (Zubeldia 5º, Mayo 6º, Sastre 9º, Macebo 10º), además de un protagonismo absoluto en las etapas de montaña. No hay un Armstrong, pero la salud del ciclismo español no parece mala. En cuanto al podio, por primera vez un kazajo estará entre los tres primeros de la clasificación. Armstrong lo pisará por quinta vez, siempre a lo más alto (99-03); y Ullrich, que cumple su quinta participación, será segundo por cuarta vez (96, 98, 00, 01), además de la victoria de 1997.

Armstrong se ha anotado el triunfo pese a que el trayecto no ha sido un camino de rosas para él; aunque peor les ha ido a sus más directos adversarios. Él se cayó en Meaux y en Luz Ardiden y no se hizo nada; Beloki se estampó en La Rochette y cura las múltiples fracturas en casa; Ullrich, en pos de saltar la muralla del minuto- cero-cinco, se la jugó y dio con los huesos en el asfalto. Era una posibilidad, la calculó, pero no se libró de lo más probable y su accidente, unido a la multiplicación de precauciones que adoptó el líder a partir del batacazo del prójimo propició el triunfo de otro que tampoco evitó la caída, Millar, a quien se le escapó el prólogo por una avería mecánica.

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