Armstrong avisa al terminar segundo la prólogo del Tour, ganada por el suizo Fabian Cancellara

L D (EFE) Cancellara, debutante en el Tour, destrozó las apuestas, pues su nombre no aparecía entre los favoritos a pesar de sus virtudes contra el reloj, pero lo cierto es que sus prestaciones fueron notables. Nadie pudo con él, a pesar de que su referencia era conocida y ganó con 6,50 minutos, a una media de 53,561 kms/hora, la tercera más elevada de la historia en una contrarreloj inicial de corto recorrido. El suizo, quien hizo historia para su país al convertirse en el ciclista más joven que viste de amarillo en el Tour, resistió a la jerarquía establecida, incluso ante Armstrong. 

La tercera plaza fue para José Iván Gutiérrez, del Illes Balears, campeón de España de contrarreloj, a 8 segundos del vencedor. El australiano Bradley McGee, ganador del prólogo en 2003 y de este año en el Giro, se conformó con la cuarta plaza a 9 segundos. Armstrong fue el único de los ilustres que apareció en el "Top ten" de la etapa y arrancó algunos segundos que en un Tour que se presume apretado pueden tener su peso en oro. Así, Ullrich, decimosexto, se dejó respecto al texano 15 segundos, Hamilton 16, Iban Mayo 19 y Roberto Heras, perdido en el puesto 104 regaló 35 segundos.

Otro español, Óscar Pereiro, del Phonak, cumplió en su estreno con la sexta posición a 11 segundos de Cancellara, y su tiempo de 7.01 fue durante gran parte de la prueba la marca a batir. El vencedor de la Clásica de los Alpes pudo dar una pequeña alegría a su director Álvaro Pino. La jornada inaugural se disputó con algún susto, como las caídas del francés Guesdon y del australiano Rogers, aunque peor fue para su compatriota Mattheuw White, quien se fracturó la clavícula en el entrenamiento previo y no pudo tomar la salida.

Este domingo se disputa la primera etapa con un recorrido de 202,5 kms entre Lieja y Charleroi, ciudades que junto a Bruselas han sido punto de partida del Tour. Puede ser la primera oportunidad para los esprinters. Charleroi está unida al ciclismo por albergar la salida de la Flecha-Valona, una de las clásicas más prestigiosas de todas cuantas se disputan en Bélgica.