Los hechos se remontan al pasado verano, cuando el portero y el centrocampista del Deportivo de la Coruña iban en un vehículo con un tercer jugador del conjunto gallego. Un policía les dio el alto tras cometer una infracción de tráfico y al tomar los datos, vino la falta de respeto a la autoridad.
Según la versión de la policía, los dos jugadores, tras ser parados, se dirigieron a los agentes diciéndoles que "se dedicaran a buscar delincuentes, que les iba a costar el trabajo, les llamaron tontos y les indicaron que al día siguiente iban a conseguir que se le retirara la multa".
Tanto Aranzubia como Antonio Tomás han reconocido que no llevaban encima el documento nacional de identidad y que dijeron a los agentes que tenían la forma de anular la sanción, pero negaron el resto de las declaraciones.
Por estos hechos, la Fiscalía pide una multa para los dos futbolistas de 30 euros diarios durante diez jornadas, 300 euros en total.