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Alonso vuelve a "subir" al podio en Brasil pese a sufrir un accidente que obligó a parar la carrera

Sólo se pudieron correr 53 de las 71 vueltas del Gran Premio de Brasil, tercera prueba del Mundial de Fórmula Uno, por culpa de un accidente sufrido por el español Fernando Alonso (Renault) que obligaba a detener la carrera en Interlagos. El asturiano marchaba tercero y, por tanto, vuelve a hacer podio. "Subía" junto al finlandés Kimi Raikkonen (McLaren Mercedes) y el italiano Giancarlo Fisichella (Jordan).

(Libertad Digital) Raikkonen y Alonso repitieron el triunfo y el tercer puesto, respectivamente, de hace dos semanas en Malasia, después de que el finés cubriese las 53 vueltas a la pista del autódromo José Carlos Pace, de 4.309 kilómetros -inicialmente estaban programadas 71- en un tiempo ganador, en el momento de la suspensión de la carrera, de una hora, 29 minutos, 53 segundos y 179 milésimas. Alonso se exhibió en condiciones adversas en la tercera prueba del Mundial con un pilotaje cerebral que tuvo como premio un nuevo podio y el tercer puesto -ya en solitario- en el Mundial de pilotos, aunque no recibió la recompensa de una nueva foto en un podio al que no pudo subir, ya que en el momento de la ceremonia estaba siendo atendido en la clínica del circuito. El genial piloto asturiano sufrió un fuerte golpe en la pierna izquierda tras salirse de pista pasada la curva Juncao cuando se encontró en la misma con los restos del coche del australiano Mark Webber (Jaguar), accidentado instantes antes en idéntico sitio, lo que motivó la suspensión definitiva de un Gran Premio al que le quedaban como mucho 27 minutos de vida para completar las dos horas máximas y en el que se batió el récord de neutralizaciones.

Alonso mantuvo en vilo a la afición española cuando fue trasladado en helicóptero hasta el hospital San Luis de Morumbi, en Sao Paulo, aunque rápidamente se supo que el percance no revestía gravedad alguna y que la revisión había de ser rutinaria y por precaución, como confirmaba en ese momento su representante, el ex piloto valenciano Adrián Campos. La lluvia caída durante la jornada dominical sobre el circuito de Interlagos -en ocasiones con gran intensidad- marcó el desarrollo de un Gran Premio espectacular y cargado de incidencias ya desde la salida, que se dio con quince minutos de retraso y fue lanzada por el coche de seguridad, detrás del cuál los bólidos rodaron en estricto orden de salida durante las primeras ocho vueltas.

En la primera vuelta en carrera -la novena-, el escocés David Coulthard adelantó al brasileño Rubens Barrichello (Ferrari) y dos más adelante fue superado por su compañero, el finlandés Kimi Raikkonen. En el momento de la primera aceleración, Alonso ya había mejorado un puesto el décimo de la clasificación, debido a la entrada en boxes del italiano Giancarlo Fisichella (Jordan), que acabaría tercero y en la décima vuelta ya era séptimo, tras una colisión sin consecuencias entre el alemán Ralf Schumacher (Williams-BMW) y el otro piloto de Renault, el italiano Jarno Trulli. La carrera tuvo numerosos cambios antes de ser suspendida y contando la salida tras el coche de seguridad y los instantes previos a la suspensión, en total este salió seis veces en pista. El colombiano Juan Pablo Montoya (Williams-BMW), noveno en la salida, ya era tercero en la décima vuelta y segundo en la siguiente, aunque primero Coulthard -en la 14- y luego el alemán Michael Schumacher -en la 16- le sobrepasaron.

Schumi y Coulthard aprovecharon la segunda neutralización, a consecuencia del accidente del inglés Ralph Firman (Jordan) -al que se le rompió la suspensión delantera derecha en la recta de meta y sacó fuera de la pista al francés Olivier Panis (Toyota), para realizar su primera parada para repostar. Alonso, que había superado a Webber, también aprovechó a entrar a boxes, operación que repitió tras el siguiente giro. Al lanzarse de nuevo la carrera el ovetense rodaba en el décimo cuarto puesto, pero en la 26, cuando Coulthard se colocaba de nuevo en cabeza de la prueba, el asturiano ya rodaba sexto. En la curva S de Senna se salieron de pista y concluyeron su actuación -uno tras otro, prácticamente, en dos vueltas consecutivas- el brasileño Antonio Pizzonia, Montoya y Schumacher, instante en el que entró de nuevo a pista el coche de seguridad. Jenson Button (BAR) también sucumbió en el mismo lugar, a pocos metros del coche de Alonso, que pasaba a ocupar la quinta plaza poco antes que el coche de seguridad entrase de nuevo y de que se parase Webber, por lo que el de Oviedo ya era cuarto en la 33.

En la 37, Raikkonnen superó de forma seguida a Fernando y a Ralf y Alonso rebasó dos vueltas más tarde al menor de los Schumacher, en una maniobra para quitarse el sombrero en la zona de Mergulho, poco antes de que se anunciase su penalización debido a un adelantamiento mientras ondeaba la bandera amarilla de precaución. Por delante, parecía que todo era cosa de Coulthard y Barrichello -que había salido desde la pole que en la 44 tomó el liderato, en la 46 marcó la vuelta rápida y una después tuvo que abandonar debido a una avería mecánica. Tras la penalización, en apenas tres vueltas, el cerebral piloto asturiano, muy seguro hoy sobre la pista, pasaba de nuevo del noveno al cuarto puesto con una serie de adelantamientos consecutivos, acortando paulatinamente distancias con la cabeza de carrera. Coulthard, que acabaría cuarto, entró en boxes y en la vuelta 53 Raikkonen tomaba el liderato, por delante de Fisichella y de Alonso, que ya rodaba en puesto de podio.

En una carrera de locura, Fisichella rebasaba al finlandés justo antes de que se sucediesen los accidentes de Webber y de Alonso. La carrera se suspendió, pero, por si había habido poca 'jarana' en Interlagos, al italiano, que se creía ganador se le incendió el coche en boxes, poco antes de que le recordasen que en estos casos se contabiliza el resultado existente justo una vuelta antes de pararse la prueba. El finlandés, líder con 26 puntos, once más que su compañero Coulthard, se distancia en el Mundial de escuderías, en el que Renault ya es segunda-, fue el mejor, pero también tuvo su porción de suerte en el desenlace. Fisichella no saboreó del todo su segundo puesto, pues creyó tener en sus manos su primera victoria y Alonso no pudo subir al podio por segunda vez consecutiva, porque estaba a punto de ser trasladado en helicóptero a un centro hospitalario para ser sometido a pruebas por precaución. El cajón que le correspondía se quedó vacío, pero el estado de forma y de conducción, así como la seguridad en sí mismo que denota el asturiano hacen presagiar nuevos éxitos, que aún pueden ser mayores. En el puesto reservado a Alonso se quedó una botella de champán. La que se podrá beber en tan sólo unas horas.

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