"Tenemos un coche competitivo, pero no hemos tenido la posibilidad de mostrar su verdadero potencial. Vimos lo rápido que fue en Nurburgring, Budapest y Valencia, pero por varias razones no logramos ningún punto", ha recordado Alonso. Sin embargo, estos resultados negativos no han mermado la moral del asturiano, que "siempre" mira "hacia delante". "Intento permanecer positivo y afrontar el resto de la temporada creyendo que podemos acabar el año con fuerza", aseguraba.
El bicampeón del mundo confía en su R29 para poder pelear con los mejores en Monza. "Sabemos que tenemos un coche que es lo suficiente rápido para estar cerca del podio, que será mi objetivo este fin de semana", subraya.
Sobre el trazado, Alonso ha recordado que "es especial y el más rápido del año", con las peculiaridades de poner una puesta a punto más especial por cierta pérdida de adherencia con el suelo. "El coche se pilota muy extraño y ligero porque pierdes un poco de grip en las curvas", advierte.
"En el pasado, usamos el test en Monza antes de la carrera para la puesta a punto, pero ahora no podemos hacer esto lo que quiere decir que tenemos mucho trabajo para el viernes de cara a encontrar un buen equilibrio", añadió al respecto el piloto español, que demanda un monoplaza que tenga "una buena velocidad en recta y que sea estable en las frenadas".
Grosjean: "El KERS debería darnos ventaja"
Su compañero francés Romain Grosjean también tiene esperanzas porque en el pasado ha tenido "buenos resultados" y conoce "bien" el trazado italiano. Además, el galo ha confirmado que usará el KERS, al que tendrá que acostumbrarse "durante los libres del viernes". "No lo he usado antes, pero debería darnos una ventaja, especialmente en la salida", comentaba.
"Mi objetivo es hacerlo mejor que en Spa, así que necesitamos meternos por lo menos en la Q2, obtener una buena posición en la parrilla e intentar acabar la carrera. De momento, estoy aprendiendo y continuaré usando cada oportunidad para mejorar como piloto y ayudar al equipo", concluyó Grosjean.