L D (EFE) Fernando Alonso, ganador del Gran Premio de Singapur, se mostró entusiasmado por haber vuelto a ganar una carrera del Mundial de Fórmula. Por ello, aseguró que esta victoria le "sabe bien porque es inesperada". "Es como cuando el Numancia gana al Barcelona o al Real Madrid. Es algo que no se espera; algo que la afición y los jugadores disfrutan más que en obtener otras victorias", sentenció.
"Lo mismo pasa en la Fórmula Uno: cuando hay monotonía y siempre ganan los mismos, si hay una variación en esa monotonía los triunfos saben mejor, y hoy nos ha tocado a nosotros ser los protagonistas", agregó. El asturiano estaba convencido de que alguna vez volvería a ganar: "Siempre he tenido confianza en mí mismo y sabia que podía ganar tarde o temprano, aunque no tanto. Sabía que algún día volvería a ganar".
Para el piloto español la victoria "es más el resumen de este año". "Me resarce de la impotencia de este año en algunas carreras, como Canadá, en la que pude subir al podio y no salió bien; Mónaco, en donde el podio era posible y cometí demasiados errores; Barcelona, en donde el coche iba bien y se rompió el motor; o Valencia, en donde no pude acabar. Este triunfo supera todo lo malo que me ha pasado este año", destacó.
El bicampeón español comentó que este Gran Premio "es una de esas carreras en las que todo sale de cara desde del principio y todas las decisiones que se toman parecen ser las acertadas".Alonso también se congratuló porque la suerte por fin le haya sonreído este año: "Cuando me vi primero me dije: jolín, vaya suerte he tenido; iba de los últimos y ahora estoy liderando; si no hay otro 'safety car' y no le pasa nada a coche tendré la carrera en la mano, porque sabía que iba a ser difícil que me adelantasen. Empecé a pensar que por fin estaban saliendo las cosas bien..."
Acabó extenuado por el esfuerzo
El piloto español acabó la carrera completamente extenuado e incluso, cuando estaba en el podio, le costó distinguir a las personas, porque sólo veía manchas de colores. "En el podio estaba muy fastidiado físicamente y no estaba para hacer muchos gestos porque estaba muy débil", confesó. "La carrera ha sido larguísima. En Mónaco, una carrera también muy exigente, hacemos 260 kilómetros, pero aquí hemos hecho los 300 enteros. Son dos horas enteras con esta humedad, y además no ha funcionado el sistema del agua para beber, como suele suceder cuando la carrera es muy exigente", dijo.
"En el podio veía manchas de colores, pero no reconocía a las personas. Sabía quienes eran los de Renault o los de Williams, pero no reconocía a las personas", relató. "Acababa de bajarme del coche, en el que vas concentrado al máximo, y en el podio además había unos focos que te apuntaban directamente a ti... No estabas para mucho movimientos. Disfruté lo justo", agregó.