L D (EFE) Alonso cree que este año tiene la misma presión que en 2005, cuando en Brasil también se jugó el título: "No creo que cambie. La única diferencia es que el año pasado aún quedaban dos carreras por delante y ahora es la última del campeonato". A la pregunta de si tiene el mismo valor el título de pilotos y el de constructores, el asturiano ha sido rotundo: "Para las marcas, y en términos de publicidad, el campeonato de constructores es importante, pero lo cierto es que nadie recuerda quien lo ganó hace diez años. En las vallas de publicidad sólo se ve mi cara y la de Michael (Schumacher); no salen ni Renault ni Ferrari; aparecemos los dos que nos jugamos el campeonato".
El piloto español no cree que haya "juego sucio" en la carrera decisiva: "La verdad es que eso no me preocupa porque estoy convencido de que cada piloto querrá acabar de la mejor manera posible el campeonato, y buscarán el mejor resultado posible. Será una carrera absolutamente normal". Al hablar del motor que utilizará en el circuito de Interlagos, diferente al que llevará su compañero Giancarlo Fisichella, el español comenta: "Yo llevo el mismo tipo de motor que en las dos últimas carreras, con una ligera evolución. Además, no creo que haya diferencias significativas respecto al de Giancarlo; no creo que llegue a una décima". "El equipo ha pensado en una estrategia para tratar de acabar los dos coches en el podio, como sucedió en China y en Japón", señala.
Dice que desde que acabó el Gran Premio de Japón no ha seguido preparación especial alguna: "No quería lesionarme; así que he estado descansando y relajándome para llegar a esta cita de la mejor manera posible". El asturiano compara el duelo que en 2005 protagonizó con el finlandés Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes) y el de este año, con el alemán Michael Schumacher (Ferrari): "Han sido totalmente diferentes. El año pasado adquirí una ventaja que pude ir manteniendo gracias a los problemas mecánicos de McLaren".
Sobre sus mejores y peores recuerdos de la temporada que está punto de acabar, Alonso desvela: "Lo mejor fueron mis primeros triunfos en los grandes premios de España, que es el de mi casa; Mónaco, Gran Bretaña y Japón; y los peores recuerdos son las penalizaciones que he recibido durante la temporada". Al hablar de su futuro como piloto de McLaren-Mercedes, señala: "Yo me pregunto por las mismas cosas que todo el mundo. En 2004 el equipo no estuvo muy bien, en 2005 fueron los mejores sobre la pista, y este año han vuelto a bajar. Espero que en 2007 vuelvan a ir hacia arriba". "Lo cierto es que hay que esperar a disponer del coche para 2007. Hasta ese momento no se puede decir nada. Habrá una nueva reglamentación, sobre todo en cuestión de neumáticos, y hay que ver cómo se adapta el nuevo coche", agrega.
Para Fernando Alonso, Brasil es un lugar especial porque el año pasado ganó el campeonato, y lo seguirá siendo éste, tanto si gana el Mundial como si lo pierde. "Si ganó tendré dos buenísimos recuerdos, y si el domingo pierdo, seguirá siendo un gran premio especial, pero porque me traerá malos recuerdos". Alonso, que en el Gran Premio de Japón llevó como amuleto una hucha con forma de gato a la que bautizó como "Arigato" (gracias en japonés), ha asegurado que en Brasil no lleva objeto de la suerte alguno. Durante la rueda de prensa oficial del Gran Premio, el brasileño Rubens Barrichello (Honda) le entregó en broma una botella de agua vacía.
El piloto español no cree que haya "juego sucio" en la carrera decisiva: "La verdad es que eso no me preocupa porque estoy convencido de que cada piloto querrá acabar de la mejor manera posible el campeonato, y buscarán el mejor resultado posible. Será una carrera absolutamente normal". Al hablar del motor que utilizará en el circuito de Interlagos, diferente al que llevará su compañero Giancarlo Fisichella, el español comenta: "Yo llevo el mismo tipo de motor que en las dos últimas carreras, con una ligera evolución. Además, no creo que haya diferencias significativas respecto al de Giancarlo; no creo que llegue a una décima". "El equipo ha pensado en una estrategia para tratar de acabar los dos coches en el podio, como sucedió en China y en Japón", señala.
Dice que desde que acabó el Gran Premio de Japón no ha seguido preparación especial alguna: "No quería lesionarme; así que he estado descansando y relajándome para llegar a esta cita de la mejor manera posible". El asturiano compara el duelo que en 2005 protagonizó con el finlandés Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes) y el de este año, con el alemán Michael Schumacher (Ferrari): "Han sido totalmente diferentes. El año pasado adquirí una ventaja que pude ir manteniendo gracias a los problemas mecánicos de McLaren".
Sobre sus mejores y peores recuerdos de la temporada que está punto de acabar, Alonso desvela: "Lo mejor fueron mis primeros triunfos en los grandes premios de España, que es el de mi casa; Mónaco, Gran Bretaña y Japón; y los peores recuerdos son las penalizaciones que he recibido durante la temporada". Al hablar de su futuro como piloto de McLaren-Mercedes, señala: "Yo me pregunto por las mismas cosas que todo el mundo. En 2004 el equipo no estuvo muy bien, en 2005 fueron los mejores sobre la pista, y este año han vuelto a bajar. Espero que en 2007 vuelvan a ir hacia arriba". "Lo cierto es que hay que esperar a disponer del coche para 2007. Hasta ese momento no se puede decir nada. Habrá una nueva reglamentación, sobre todo en cuestión de neumáticos, y hay que ver cómo se adapta el nuevo coche", agrega.
Para Fernando Alonso, Brasil es un lugar especial porque el año pasado ganó el campeonato, y lo seguirá siendo éste, tanto si gana el Mundial como si lo pierde. "Si ganó tendré dos buenísimos recuerdos, y si el domingo pierdo, seguirá siendo un gran premio especial, pero porque me traerá malos recuerdos". Alonso, que en el Gran Premio de Japón llevó como amuleto una hucha con forma de gato a la que bautizó como "Arigato" (gracias en japonés), ha asegurado que en Brasil no lleva objeto de la suerte alguno. Durante la rueda de prensa oficial del Gran Premio, el brasileño Rubens Barrichello (Honda) le entregó en broma una botella de agua vacía.