"Siempre es mejor tenerlos (a los Red Bull) por detrás. Pero no es ninguna novedad. Si hubiésemos tenido que apostar el jueves por quién iba a estar primero y segundo el viernes, habríamos puesto todo en los Red Bull", dijo.
"Esto es lo normal para un viernes. Lo importante es tener por detrás a los McLaren y a los Renault, que ya nos han puesto en apuros en algunas carreras. El sábado, es cuando tenemos que batir a los Red Bull", señaló Alonso, que el domingo puede proclamarse campeón mundial por tercera vez.
Al repasar la primera jornada de trabajo de la penúltima cita del Mundial, Alonso señaló: "Ha sido un viernes como siempre, bastante intenso, con muchas cosas que probar en la primera sesión. Afortunadamente nos dio tiempo a todo, a excepción de un ensayo de salida al final que no pudimos llegar a hacer. En la segunda sesión nos concentramos en mejorar los reglajes del coche".
Sobre el cambio de propulsor tras la primera sesión, el español señaló que "el problema de la mañana era esperado porque estaba previsto cambiar el motor entre una sesión y otra". "Sólo nos faltó dar las tres últimas vueltas por la mañana", precisó.
"Lo importante es que esto pase los viernes, porque así el equipo lo estudia y el sábado y el domingo rodamos de una manera más precavida si ven que hay algo al límite. De los problemas se sacan muchas conclusiones. Cuando se para el coche en la pista parece un drama y que hay poca fiabilidad. Pero estoy contento porque en el equipo se aseguran de que eso no suceda más", agregó.
Sobre la situación en Red Bull, con cruces de declaraciones sobre a quién favorecerá el equipo, si al australiano Mark Webber o al alemán Sebastian Vettel, Alonso dijo: "No creo que otros equipos tengan una relación como la que tenemos (el brasileño) Felipe (Massa) y yo. Y eso seguramente molesta. Nosotros tenemos que hacer nuestro trabajo. Si es suficiente o no para ganar el campeonato, dependerá de lo rápido que seamos en estas carreras".