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Alonso consigue en Malasia su segundo triunfo en la Fórmula Uno y se sitúa líder del Mundial

Un año y siete meses después de su triunfo en Hungría, Fernando Alonso (Renault R25) ha conseguido en el Gran Premio de Malasia su segunda victoria en la Fórmula Uno. El italiano Jarno Trulli, ex de Renault que ahora pilota en Toyota, terminaba segundo. Tras el incidente entre el también italiano Giancarlo Fisichella (Renault) y el australiano Mark Webber (Williams), que les dejó fuera de pista, el tercer puesto del podio era para el alemán Nick Heidfeld (Williams). El Ferrari de Michel Schumacher entró séptimo.

Un año y siete meses después de su triunfo en Hungría, Fernando Alonso (Renault R25) ha conseguido en el Gran Premio de Malasia su segunda victoria en la Fórmula Uno. El italiano Jarno Trulli, ex de Renault que ahora pilota en Toyota, terminaba segundo. Tras el incidente entre el también italiano Giancarlo Fisichella (Renault) y el australiano Mark Webber (Williams), que les dejó fuera de pista, el tercer puesto del podio era para el alemán Nick Heidfeld (Williams). El Ferrari de Michel Schumacher entró séptimo.
L D (EFE) Todo el mundo estaba convencido de que Alonso podía conseguir la victoria, la única duda es que el motor, en su segunda carrera, aguantara hasta el final, pero eso no debía preocupar mucho al piloto, porque desde el mismo momento de la salida imprimía un fuerte ritmo, que le separaba rápidamente de Trulli.
 
En la vuelta undécima, de las 56 de que constaba la carrera, el equipo le llamó por radio, para que se tomara las cosas con calma, ya que contaba en esos momentos con seis segundos y medio de ventaja sobre Trulli, quién a su vez controlaba con facilidad el otro Renault pilotado por el italiano Giancarlo Fisichella. Alonso y Trulli se pararon en la misma vuelta, la vigésimo primera, a repostar por primera vez y eso le hizo perder el liderato momentáneamente, en favor de Fisichella, primero, y del finlandés Kimi Raikkonen, después, pero cuando éstos últimos pararon y volvió a la cabeza, su ventaja sobre Trulli había pasado a doce segundos.
 
Por detrás de los dos primeros firmemente consolidados se luchaba en cada curva, el australiano Mark Webber (Williams-BMW) intentaba adelantar en la horquilla que da entrada a la línea de meta a Fisichella, pero gracias al nuevo reglamento que permite utilizar un solo juego de neumáticos para la carrera el italiano, con los suyos muy deteriorados, frenaba "in extremis", no podía controlar el coche y se llevaba por delante al australiano. Este accidente, que provocaba el abandono de ambos iba a tener muchas consecuencias, la primera era que si Fernando Alonso ganaba la carrera se ponía líder del mundial, la segunda es que el alemán Nick Heidfeld (Williams-BMW), heredaba el tercer puesto y la tercera era que el alemán Michael Schumacher (Ferrari), hundido en la clasificación, ascendía a la octava posición y entraba en zona de puntos.
 
Un final de carrera tranquilo para Alonso pero sin agua
 
Sólo en las últimas vueltas Alonso levantaba un poco el pie del acelerador, cuando su ventaja era ya de dieciséis segundos sobre Trulli, y los mecánicos de Renault le mostraban en la pizarra el cartel de "cool" (tranquilo). Fernando Alonso, después de las últimas vueltas que se hacían interminables ante la posibilidad de que se rompiera el motor o los neumáticos, a Raikkonen le había explotado la rueda trasera derecha y el brasileño Rubens Barrichello (Ferrari) había abandonado con las suyas trasera en la lona, cruzaba la línea de meta con los dedos índices señalando al cielo, como hiciera hace dos años en Hungría, cuando logró su primer triunfo.
 
Tras Alonso entraba su ex compañero de Renault Jarno Trulli, que daba a Toyota el primer podio desde su debut en competición hace cuatro y completaba el podio Nick Heidfeld. Fernando Alonso salió exultante de su coche, de pie en él levantó los brazos al cielo y lugo bajó para abrazarse al director de Renault Flavio Biatore y a partir de ahí comenzó su verdadero calvario. El dispositivo que llevaba en el coche para beber se estropeó y en la segunda vuelta se había quedado sin el litro de agua que llevaba, llegó deshidratado a la meta, tuvo una bajada de tensión y comenzó a marearse.
 
La ceremonia del podio se retrasó cuatro minutos y Alonso, cuando sonaba en himno nacional, se inclinó hacia adelante y apoyó sus manos en las rodillas. Pero cuando sonó "La Marsellesa" en honor del constructor se tuvo que poner cuclillas y sólo se levantó  para recibir el trofeo al campeón. Tras su victoria Alonso encabeza el mundial con dieciséis puntos y una confortable ventaja de seis sobre su compañero de equipo Fisichella y ocho sobre Trulli, Barrichello, Montoya, cuarto, y Coulthard, sexto, mientras que a la referencia de todos los pilotos Michael Schumacher, séptimo en la carrera, le aventaja en catorce puntos.

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