Un Barcelona-Arsenal obliga a dejar a un lado todos los quehaceres. Está terminantemente prohibido perderse un partido de tan hondo calado, en el que el pase a cuartos de final de la Liga de Campeones está en juego. Mensaje importante que captaron –no podía ser de otra manera– personalidades como Vicente del Bosque, Laurent Blanc y Fabio Capello, seleccionadores nacionales de España, Francia e Inglaterra, respectivamente.
Pero también otros personajes no tan futboleros –las habichuelas, al menos, no les va en ello–, como Antonio Asensio, Luis del Olmo y Artur Mas, entre otros. Sin olvidar a ese muchachito negro de mirada inquietante –¿guardará algún parentesco con Dwayne Wade?– situado justo detrás de Carles Puyol y Gerard Piqué, los dos centrales titulares del Barcelona a los que Pep Guardiola no acabó echando en falta. El capitán y el novio de Shakira, separados por el ex jugador de waterpolo Manel Estiarte, otro símbolo del barcelonismo. El Michael Jordan del agua que hoy representa al club como encargado de las relaciones externas. O el padre de Cesc Fàbregas. Padre e hijo podrían ser más asiduos al Camp Nou a partir de septiembre, aunque ésa es otra película que está por estrenar.
Del Bosque, arropado por Fernando Hierro –director deportivo de la Federación Española de Fútbol-, y Blanc tomaban buena nota de lo que ocurría en el campo. No en vano, ahí llegaron a coincidir ocho españoles –Valdés, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro, Villa, Cesc y Almunia– y seis franceses –Abidal, Sagna, Koscielny, Clichy, Diaby y Nasri–.
Pero, ¿y Capello? Jack Wilshere, ese jovencito talentoso e imberbe de la factoría gunner, fue el único jugador inglés que pisó el terreno de juego anoche. El único futbolista al que pudo seguir Pat El Cartero, como el técnico italiano es conocido entre los pross.
Se dice pronto. De entre los 18 futbolistas citados por Arsène Wenger para este partido, sólo uno nacido en Gran Bretaña. Y de los 26 que tiene el primer equipo del Arsenal, nada más que tres ingleses: además del citado Wilshere, también están Theo Walcott –lesionado– y Kieran Gibbs.
Insisto: ¿qué hacía Capello en el palco del Camp Nou para seguir a un solo jugador cuando podría haberse quedado tranquilamente en su lujosa casa de Londres? Pero, claro, en la ciudad del Big Ben no es tan fácil encontrar ese jamón de Jabugo –haberlo haylo, pero está a precio de petróleo libio– que tanto le gusta a Don Fabio. Ahí puede estar la explicación...