Los intempestivos horarios impuestos por la Liga de Fútbol Profesional (LFP) ha provocado el enfado de muchos aficionados españoles, como se pudo constatar este lunes en Vallecas y en Riazor durante los encuentros Rayo-Granada (1-0) y Deportivo-Osasuna (2-0), respectivamente.
En el estadio madrileño se podía leer una pancarta que arremetía directamente contra el vicepresidente de la LFP, que además es asesor cercano al presidente del Rayo, Raúl Martín Presa. "Si el fútbol es de Javier Tebas... que anime su puta madre", se podía leer. "Odio al fútbol moderno, odio a la televisión", rezaba otra pancarta, en gallego, en Riazor.
Horas después, a las once de la noche, La Romareda presentaba un aspecto desolador en el partido Zaragoza-Valladolid (0-1), que cerraba la primera jornada de Liga y que acabó pocos minutos antes de la una de la madrugada. "Así los campos se van a quedar vacíos", se quejaba un espectador a la salida del recinto zaragozano.
Lo cierto es que en los diez estadios de Primera División en este arranque liguero sólo se ha llegado al 61,22 por ciento de la capacidad, frente al 70,23 de la primera jornada de la temporada pasada, según publica el diario As este martes.
La Romareda fue precisamente el campo que se llevó la palma porque sólo unas 11.000 personas –el 31,79 por ciento del aforo– acudieron a ver el citado Zaragoza-Valladolid.
Los disparatados horarios, con partidos a las once de la noche o un lunes a las siete de la tarde, unidos al sofocante calor que hace estos días en gran parte de España, tienen gran culpa de que la mayoría de campos hayan presentado un aspecto prácticamente desolador en esta primera jornada.