La polémica está servida en el Tour de Francia. El sabotaje que sufrió ayer la ronda gala con el lanzamiento de chinchetas y clavos está levantando ampollas. Es prácticamente imposible culpabilizar a alguien del acto. Sin embargo, varias voces ya se levantan contra los españoles.
El primero en hacerlo ha sido el vigente campeón, Cadel Evans, que el domingo sufrió los estragos de los clavos tres veces: "Ya me ha ocurrido dos veces en España algo parecido, y por eso no corro muy a menudo por allí", dijo el australiano en declaraciones a Il Corriere della Sera, señalando claramente al público español.
"Lo siento por todos los amigos españoles que tengo, pero es muy desagradable. Ya me ha costado una Vuelta y otras carreras. Lamentablemente el mundo esta lleno de gente así", continuó excusándose.
El diario italiano defiende la misma tesis que el corredor australiano: "Que hubiera dos españoles en la fuga, incluyendo un vasco (cuyos seguidores naranjas siempre se desatan en los Pirineos y alrededores) es un detalle que cualquiera puede interpretar a su manera: pensar mal a veces se convierte en obsesión".
En Australia, obviamente, también defienden a su compatriota. La cadena Fox Sports ts recuerda que en la Vuelta a España de 2009 Evans perdió sus opciones de victoria al esperar más de la cuenta a un cambio de rueda tras un pinchazo en Sierra Nevada.