Esta noche no sólo está en juego el reinado del fútbol europeo. España, de ganar, lograría un registro histórico que nunca nadie hizo antes: ganar tres grandes consecutivos. Italia, por su parte, recuperaría la gloria sólo seis años después de proclamarse campeona de Europa. Además, Balotelli sueña con hacerse con el trofeo de máximo goleador. Con un gol le basta, a no ser que Torres, Fàbregas o Xabi Alonso, que llevan dos, lograran un doblete.
Pero una de las distinciones individuales a la que habrá que estar más atentos es a la del mejor jugador de la competición. Dos nombres se postulan por encima del resto. Ellos son los que han guiado a su selección hasta la final, sentando cátedra en cada uno de los encuentros disputados. Son Iniesta y Pirlo. Don Andrés y Don Andrea.
Pirlo, resucitado
A Andrea Pirlo le dieron por muerto la temporada pasada. Tras no brillar demasiado durante el curso, su entrenador, Allegri, le dijo que no contaba con él para el Milan. No pasa nada, iba a haber muchos equipos esperando su llegada. Fue la Juventus quien se llevó el gato al agua. Y los resultados no se hicieron esperar: la Juve campeona de Italia, y el centrocampista, uno de los mejores jugadores de la liga.
Prandelli nunca dudó en darle las riendas de la selección italiana. Incluso cuando no andaba tan fino en Milán. El tiempo le ha dado la razón. A esta Eurocopa ha llegado pletórico. Quién sabe si en el mejor momento de su carrera, a sus 33 años. Lo que es cierto es que ha dirigido el timón azzurro como nadie, ha brillado en todos los partidos, y de no ser por sus exhibiciones, es muy complicado pensar que Italia hubiese estado en esta final. "Balotelli gana partidos, Pirlo campeonatos", dijo Piqué sobre él. No hace falta añadir nada más.
Iniesta, la magia
Si hay alguien que ha brillado por encima del resto en la selección española, ese es Andrés Iniesta. Tras varias molestias musculares con el Barcelona al final de temporada, ha llegado a la cita con la chispa justa impropia de los futbolistas que terminan el curso agotados por el elevado número de encuentros.
La superioridad que ha mostrado el azulgrana en los encuentros previos ha sido, por momentos, incluso insultante. En el primer partido ante Italia dio lugar incluso a la broma de que parecía Oliver Atom, rodeado de hasta cinco jugadores a la vez, incapaces no obstante de arrebatarle el esférico. La sociedad que ha montado con Silva es envidiable. Y ya ha constatado en varias ocasiones que tiene un don especial para materializar goles históricos.
Lo que parece claro es que los dos han sido los nombres destacados de la competición y, salvo invitado sorpresa final, ellos se disputarán el Balón de Oro de la Eurocopa. Pero por muy buenos que sean, por ellos mismos no se bastan. La gloria la alcanza el equipo, el conjunto. Y quien lo consiga de los dos, Italia o España, permitirá que su mago particular, Pirlo o Iniesta, sea elegido mejor jugador.