El fantasma de lo ocurrido con el español Rafael Nadal se les apareció en la pista central de Wimbledon tanto al suizo Roger Federer, número tres del mundo, como al serbio Novak Djokovic, número uno.
Federer estuvo a punto de correr la misma suerte que el español, eliminado por un jugador apenas conocido, y se vio empujado por el francés Julien Benneteau hasta el borde del abismo que habría supuesto para él caer en una tercera ronda de Grand Slam, algo que no le ocurre desde que tenía 23 años (2004 en Roland Garros).
Bajo el techo de la pista principal del All England Club, cerrado durante todo el día en previsión de posibles chubascos, los cerca de 15.000 espectadores que asistían al duelo entre Federer y Benneteau contuvieron la respiración cuando el galo se hizo con los dos primeros sets y se plantó en el desempate del cuarto, a pocos golpes de una bola de partido.
Después de la eliminación de Nadal, dos veces campeón en la hierba de Londres, todo parecía posible, y el suizo, coronado seis veces en el tercer Grand Slam de la temporada, no estaba a salvo de la imprevisibilidad de la hierba de Wimbledon.
Benneteau, sin embargo, flojeó en el desempate y dio aire a un Federer que en la quinta manga voló hacia la victoria final, tres horas y media después de comenzar un partido contra un francés con quien quizás tendrá pesadillas la próxima noche. "He estado en situaciones como esa a menudo, dos sets a cero, y sé cómo manejar la situación. Hay que dominar el pánico", recetó el suizo tras el encuentro.
Tampoco guardará el recuerdo más plácido de su rival Djokovic, que no se libró de los sobresaltos que deparó este año la tercera ronda de Wimbledon y, en un descuido, vio como el checo Radek Stepanek le superaba al resto para anotarse el primer set (6-4).
Al contrario que a Nadal y a Federer, el susto le sirvió al serbio para mejorar su concentración y salir en la segunda manga conjurado para frenar en seco el avance de su rival, 27 de la ATP. La reacción fue fulminante, y los tres siguientes sets fueron para Djokovic sin más discusiones (4-6, 6-2, 6-2 y 6-2).
"Traté de estar centrado desde el inicio de mi partido. No me sorprendió el modo en el que él jugó en los momentos importantes, estaba mentalmente muy centrado", describió el número uno. "Esto es un Grand Slam. Esto es Wimbledon. Todo el mundo quiere llegar aquí y hacerlo lo mejor posible, especialmente cuando juegas contra uno de los mejores", dijo el número uno.