Tanto remar para morir ahogado en la orilla, pensarán los jugadores del Real Madrid. Porque eso es lo que le sucedió este sábado en el Palau Blaugrana. Prácticamente desde el arranque del partido los hombres de Pablo Laso fueron a remolque en el marcador, pero no dejaron de luchar hasta el último suspiro. Una entrega que finalmente fue en vano, pues el Barça no dejó escapar un campeonato de Liga que defendió con uñas y dientes en este último encuentro.
Pete Mickeal fue el hombre decisivo. El estadounidense no llegó en su mejor momento a este final; los tres primeros encuentros le delatan. Sin embargo, como si el enfrentamiento con Carlos Suárez y Novica Velickovic le hubiera dado alas, en estos dos últimos ha sido el mejor azulgrana. En el cuarto estuvo a la sombra de Lorbek; hoy, a la de Fran Vázquez –16 puntos y 8 rebotes– pero él fue el que, poco a poco, sin hacer ruido, fue llevando a sus compañeros a dos victorias que le han dado el título por segundo año consecutivo. 45 puntos de valoración entre ambos partidos no admiten discusión.
Los tableros sólo tienen un color
Quizá el factor global que más haya incidido en el triunfo final azulgrana en el encuentro de esta tarde haya sido el tremendo dominio bajo los tableros del Barcelona. No tanto por el rebote –46 a 39–, sino por la cantidad de puntos desde la pintura.
Después de un primer cuarto en el que ambos equipos evidenciaron el normal nerviosismo y presión de un partido de tanta importancia (16-12) fue en el segundo cuando el Barcelona comenzó a fraguar su victoria. Porque mientras en el Madrid nadie era capaz de anotar exceptuando la línea exterior, en el conjunto culé todos iban sumando, desde fuera y sobre todo desde dentro.
Después de una primera embestida –ocho puntos de diferencia– que logró salvar el conjunto blanco, un recital de Fran Vázquez, con diez puntos consecutivos, hizo que el Barça se marchara al vestuario cinco puntos arriba.
El pívot gallego siguió dominando a su antojo en la reanudación y permitió otra escapada de los de Xavi Pascual en el marcador. El Real Madrid, tan corajoso como siempre, reaccionó y volvió a igualar la contienda. Pero en los últimos compases del tercer cuarto el Barcelona puso otros nueve puntos de distancia. Esta vez sí iban a resultar definitivos.
Porque a pesar de que los de Laso no dejaron de intentarlo, gracias sobre todo a Felipe Reyes y a su casta –preocupante que de cinco fuera el único pívot que estuviera a la altura–, ya nunca pudieron meterse en el partido. Primero Lorbek, con cuatro puntos consecutivos, y luego Mickeal, que se jugó todas las bolas calientes del final del partido, lo impidieron.
El Madrid volvió a intentarlo a la desesperada en los últimos segundos, con dos triples imposibles de Carroll y Singler, pero el Barcelona no falló desde la línea de tiros libres. ¿Quién los forzó? ¿Quién los tiró? ¿Quién los metió? ¿Juan Carlos Navarro? No. Un tal Pete Mickeal, clave para el título final del Barcelona. Casi tanto como el triple desde medio campo de Marcelinho Huertas en el primer partido. Cómo se van a acordar los jugadores blancos de él...
Ficha técnica
Barcelona Regal, 73 (16+23+17+22): Huertas (4), Navarro (6), Mickeal (17), Lorbek (10), Vázquez (16) -cinco inicial- Ingles (8), Wallace (5), Sada (5), Eidson (2) y N'Dong (-)
Real Madrid, 69 (12+22+13+22): Llull (12), Carroll (16), Suárez (2), Mirotic (10), Tomic (2) -cinco inicial- Reyes (6), Pocius (-), Singler (12), Velickovic (1), Sergio Rodríguez (6) y Begic (2)
Árbitros: Juan Carlos Arteaga, Daniel Herrezuelo y José Ramón García Ortiz. Eliminaron por cinco faltas personales a Vázquez (m.38) y Llull (m.40)
Incidencias: Quinto y último partido de la final de la Liga ACB disputado en el Palau Blaugrana ante 7.691 espectadores. El pívot del Barcelona Regal Erazem Lorbek fue nombrado al final del encuentro Jugador Más Valioso (MVP) de la final