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Evocando al espíritu de Sasha Djordjevic en el Palau

El Madrid llega a una situación idéntica a la de hace 12 años, cuando guiado por un genial Djordjevic conquistó la Liga en el Palau.

Nada más terminar el encuentro, las caras largas se apoderaron de los jugadores del Real Madrid. La sensación de haber dejado escapar una oportunidad de oro para ganar la Liga en casa dejó a los madridistas el pesar de que esto ya estaba perdido. Mucho va a tener que trabajar Pablo Laso para recuperar a sus hombres, aunque puede encontrar un buen espejo en el que mirarse: el Real Madrid de la 99-00.

Porque la situación de aquella final fue muy similar a la que se está viviendo en estos momentos. El conjunto blanco, entrenado por Sergio Scariolo y con Sasha Djordjevic como principal estrella, bien secundado por los hermanos Angulo, Alberto Herreros, Brent Scott, Struelens o Mijailov, terminó segundo la liga regular. En los playoff alcanzó la final, en la que se mediría al Barcelona, que como campeón iba a jugar primero en su casa.

De la ciudad condal el Madrid se trajo un 1-1 que le permitía recuperar el factor cancha. Y en el tercer choque, disputado en el Raimundo Saporta, los blancos lograron imponerse al Barça por 26 puntos, 87-61, exactamente la misma diferencia que la vivida el pasado lunes, cuando los hombres de Laso vapulearon al Barcelona.

Las analogías continuaron en el cuarto enfrentamiento. Tras una victoria tan abultada todo hacía presagiar que la Liga se iba a sentenciar en Madrid, que los jugadores del Barcelona no iban a ser capaces de remontar el vuelo. Pero tal y como sucediera ayer, los azulgrana, entonces dirigidos por Aíto García Reneses, fueron capaces de sacar energía de donde no la había –o parecía que no lo había- y ganar en territorio enemigo por 71-80, igualando la serie a dos, y llevando el encuentro decisivo al Palau Blaugrana. Es decir, idéntica situación a la que nos encontramos en estos momentos.

Y es ahí donde Laso debería incidir en su equipo, en que la gesta es más que posible. Porque ya se ha hecho. Aquel junio del 2000, y a pesar de que todo se había puesto del lado azulgrana, el Real Madrid fue capaz de realizar la machada y se impuso en el Palau por 73-82. Fue la final de Djordjevic, no tanto por su actuación –los hermanos Angulo fueron los mejores jugadores blancos- sino por su polémica celebración, que dolió, y mucho, a los aficionados, y a los jugadores, del Barcelona. Ahora, los jugadores blancos quieren repetir la estampa. Saben que es posible.

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