Fernando Alonso y Ferrari quisieron apostar duro, pero la jugada les salió mal. El asturiano tenía prácticamente asegurada la segunda plaza, aunque trató de arrebatarle el triunfo a Lewis Hamilton, y lo acabó pagando caro. Decidieron ir a una sola parada, en lugar de a dos, y las ruedas no resistieron. Al final perdió tres posiciones en las últimas cinco vueltas, que lo condenaron hasta la quinta plaza.
"Teníamos el segundo puesto, pero quisimos ganar. Y nos salió mal. Pero me voy contento. Otras veces saldrá bien", ha asegurado Alonso. Este domingo, desde luego, no fue el caso. Mientras, Hamilton lograba la victoria –siete pilotos han ganado en siete carreras en lo que llevamos de Mundial, tremendo– y se colocaba en lo más alto de la clasificación, por delante del español y de Sebastian Vettel.
La estrategia anima la carrera
La carrera en sí no tuvo mucha historia. Al menos no hasta las vueltas finales. La salida fue muy limpia. Todos mantuvieron su posición y así llegaron hasta la primera parada para cambiar neumáticos. Tras un error de McLaren y el buen trabajo de Ferrari, Alonso logró adelantar a Hamilton y a Vettel en cuanto regresó a pista.
Sin embargo, poco tardó el de McLaren en adelantar al español. Y poco a poco se fue marchando. Las tres primeras plazas se fueron definiendo con el paso de las vueltas. Hamilton, Alonso y Vettel, en ese orden. De cada vez más lejos el uno del otro. Por detrás, Pedro Martínez de la Rosa tenía que abandonar por problemas en los frenos.
Así se mantuvo todo hasta que Hamilton decidió volver a parar en boxes. Entonces, se encendió la bombilla en el boxes de Ferrari. Se podía probar de llegar hasta el final sin cambiar neumáticos y, de ese modo, luchar por la victoria. Vettel decidió hacer lo mismo, por si sonaba la flauta. Pero fue imposible. El británico fue recortando a pasos agigantados, y no tardó demasiado en adelantar al alemán y al español. La diferencia sobre la pista era abismal.
Entonces, Vettel decidió que ya estaba bien de la broma, y que era hora de parar a cambiar. Sorprendió en Ferrari ese movimiento, y decidió no hacer lo mismo. Llegar así hasta el final. Y entonces se comprendió todo. Sólo dos vueltas después era Romain Grosjean –impresionante la carrera del francés, el mejor resultado de su carrera- quien adelantaba a Alonso. Inmediatamente lo hacía Sergio Pérez, y en la última vuelta era el propio Vettel quien se deshacía del español. Y gracias, porque a punto estuvieron Nico Rosberg y Mark Webber de hacer lo mismo. Por suerte para Ferrari, ya no quedaba más carrera.
Mientras, por delante, Hamilton cruzaba la meta con sobriedad. Se llevó la carrera con merecimiento. Fue el mejor desde el principio hasta el final, y tuvo claras las ideas en todo momento. De paso, aprovechando la debacle de Alonso y Vettel, el británico se coloca líder del Mundial con 88 puntos, dos más que el piloto español, tres más que el alemán y nueve más que Webber. Más emoción imposible.