Italia, entre el caos y la ilusión
La tetracampeona del mundo llega envuelta en un mar de dudas, pero con un cambio en la dinámica del equipo que le permite ser optimista.
España va a comenzar su defensa de la corona europea contra Italia, una selección que llegaba a la cita con grandes expectativas, gracias a sus fantásticos dos últimos años, pero que se ha visto duramente golpeada por el escándalo de las apuestas que ha asolado el fútbol transalpino.
Después del ridículo en el último Mundial, en el que no logró ninguna victoria en un grupo que era de los más sencillos del campeonato, Italia reclamó a gritos un cambio en el rumbo de la selección. El concepto de Lippi se había quedado obsoleto y hacía falta adaptarse a lo que el fútbol actual reclama.
Cesare Prandelli, un entrenador que siempre apostó por el juego de ataque –sin olvidar que es italiano– en todos los equipos en los que estuvo, sobre todo en una brillante Fiorentina, fue el elegido para llevar a cabo esa tarea de reconstrucción. Y se le dio total libertad para ello. A partir de ahí, el técnico convirtió un equipo insulso y sin carácter en una selección mucho más agresiva, igual de batalladora que siempre, y que trata el balón como quizá no lo ha hecho en su historia.
En defensa es la Italia de siempre. Con el mejor guardameta del mundo bajo palos, Gianluigi Buffon, su juego defensivo –que no sólo la línea de atrás– sigue siendo su mejor arma. Chiellini parece llamado a ser el líder de la zaga. Sin llegar al nivel de los referentes de antaño, como Maldini, Cannavaro o Nesta, la experiencia y la sobriedad del juventino le hacen capaz de dirigir una tarea que será crucial.
Estará acompañado por dos o tres hombres, según el rival. Porque a pesar que desde hace dos años Italia juega con una línea de cuatro atrás, ahora para el inicio de la Eurocopa parece que Prandelli está dispuesto a cambiar el esquema táctico y jugar con tres defensas. De ser así, sería Bonucci su pareja, mientras que Daniele De Rossi, habitual centrocampista en la Roma y en la selección, retrasaría su posición a la de líbero.
Maggio ocupará el carril diestro, tanto si es con el 4-4-2 como con el 3-5-2. Con este último dibujo, el futbolista del Nápoles tendrá toda la banda para él, desempeñando funciones tanto defensivas como ofensivas. Precisamente, el rol que desempeña en su equipo. Criscito era el elegido para jugar en la izquierda, pero su relación con el escándalo de apuestas le ha dejado fuera de la Eurocopa. Parece que Giaccherini será su sustituto. Barzagli y Balzaretti serán otros de los futbolistas que podrán contar con minutos en la zaga de Italia.
En el centro del campo Pirlo sigue siendo el jefe. El futbolista, que parece estar viviendo una segunda juventud desde que llegara a la Juventus el pasado verano, llevará el timón del equipo, acompañado, como suele ser habitual en los equipos de Prandelli, por dos guerreros. De Rossi debía ser uno de ellos, aunque si retrasa su posición a la defensa dejará su lugar a Thiago Motta.
Todo hace indicar que contra España será Marchisio el otro centrocampista titular. El seleccionador italiano ya avisó que para el primer partido trataría de resguardarse un poco más –unas palabras más bonitas para decir que sacará un once más defensivo–, y eso desplaza al banquillo a Riccardo Montolivo.
Porque en un dibujo un poco más ofensivo, en el que ha venido practicando el equipo durante los dos últimos años y, casi con total seguridad, desplegará en los próximos encuentros, el futbolista de la Fiorentina –a partir del próximo julio, del Milan– será la pieza angular del ataque italiano. Él será el encargado de enlazar el centro del campo con la delantera; de convertir todo el trabajo de los hombres que estén a sus espaldas en ocasiones de gol. Calidad tiene de sobra para ello. Pero habrá que estar atentos a cómo llega después de una temporada en la que su brillantez y su elegancia han pasado completamente desapercibidas.
Y arriba, una de las parejas más problemáticas pero más talentosas del campeonato. Cassano y Balotelli serán las dos puntas de ataque de Italia, sobre todo tras la importante baja por lesión de Giuseppe Rossi. Prandelli tiene una fe inquebrantable en el potencial de sus dos delanteros, a pesar de que para contar con ellos haya tenido que perdonar alguna falta disciplinaria. Pero los dos llegan muy motivados a la cita y, como pudo comprobarse en la reciente visita a Auschwitz, están completamente involucrados con el equipo y con el proyecto. De su rendimiento y de su paciencia, sobre todo para no dejar a sus compañeros con uno menos en cualquier momento, dependerá gran parte del éxito de Italia. Di Natale, Borini y Giovinco, tres fantásticos y muy distintos delanteros, esperarán su oportunidad desde el banquillo.
Es, por tanto, una selección con muchas incógnitas. ¿Cómo reaccionará los jugadores tras el escándalo vivido hace apenas una semana? ¿Cómo rendirá De Rossi en una posición completamente nueva para él? ¿Cómo se comportarán Balotelli y Cassano? Si las respuestas a estas preguntas son positivas, no duden de que Italia pasará a ser una de las grandes candidatas al triunfo final. En caso contrario, lo sufrido en el Mundial de Sudáfrica puede repetirse sólo dos años después. La fina línea entre el éxito y fracaso. La misma en la que la selección italiana siempre ha sabido moverse a las mil maravillas.
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