Cesare Prandelli ha destacado siempre por ser un amante del fútbol ofensivo. Sin olvidar que es italiano, con todo lo que ello conlleva, sus etapas en el Verona, en el Parma y sobre todo en la Fiorentina destacaron por un estilo de ataque, de buen trato al balón.
Desde su llegada a la selección italiana trató de imponer ese mismo estilo en la azzurra. Dotó de gran protagonismo a Montolivo, el encargado de jugar en la media punta, y buscó siempre dos delanteros que destacaran más por su calidad que por su remate. Balotelli y Cassano, la dupla que se perfila titular ante España, son el mejor ejemplo de ello.
Sin embargo, para medirse a los actuales campeones de Europa y del mundo, el seleccionador italiano va a prescindir de su estilo para dotar a su equipo de un carácter más defensivo. Del 4-3-3 habitual en sus esquemas se pasará a un 5-3-2 que buscará sobre todo contrarrestar el potencial español en el centro del campo.
Daniele de Rossi será uno de los damnificados. El centrocampista de la Roma retrasará su posición a la de líbero, acompañado de dos centrales sin demasiado toque de balón. Bonucci y Chiellini serán sus escuderos. Y en las bandas, dos laterales de largo recorrido pero que primarán más la defensa que el ataque. En la derecha estará Maggio y en la izquierda se duda entre Balzaretti y Giacherini.
El centro del campo será más bregador que otra cosa. Eso significa que Riccardo Montolivo o Marchisio –seguramente el primero- se quedará en el banquillo. Thiago Motta debería ser el perro de presa ante la ausencia de De Rossi, mientras que Pirlo será el encargado de llevar la batuta.
Y arriba, Balotelli y Cassano serán las armas de Italia. Dos futbolistas de un talento sólo paragonable a su carácter. Capaces de romper un partido, para bien o para mal, de su rendimiento y de su comportamiento dependerá gran parte de las esperanzas del equipo transalpino.
Lo más probable es que Prandelli recupere su estilo más vistoso y alegre para el resto de encuentros de la Eurocopa. Pero para empezar, ante el gran favorito, el seleccionador italiano abogará por tratar de ahogar a las estrellas españolas. Del Bosque deberá pensar en una alternativa si el partido se atranca, básicamente porque en ese tipo de encuentros es en los que mejor se ha sabido mover siempre Italia.