El público de Roland Garros ha llegado a sacar a Roger Federer de sus casillas, y eso que es uno de sus ídolos. Tradicionalmente, aparte de los tenistas franceses, el público parisino apoya al número tres del mundo en sus partidos, como ocurre en todas las pistas del mundo.
Sin embargo, en su encuentro de cuartos de final ante Del Potro, Federer perdió los nervios, algo que no es nada normal. El suizo estaba contra las cuerdas y un error suyo le hizo perder el segundo set. En ese momento, Federer perdió la compostura y gritó al aire "¡callaos!".
El partido siguió su cauce y el suizo pudo remontar y hacer buenos los pronósticos. Mientras, en la pista central, el público se volvía literalmente loco con el tenista francés Jo-Wilfred Tsonga, que a punto estuvo de dar el golpe del torneo ante Novak Djokovic, que pese a la presión, no hizo ningún gesto de reprobación hacia los espectadores.
El serbio, desde que aterrizó en París, está haciendo todo lo posible por ganarse al público galo y el martes siguió en esa línea. Tras ganar su primer partido, Djokovic dijo ante el público que, durante las dos semanas que dura el torneo, sólo hablaría francés. El público recibió esas palabras con una gran ovación.
Además, otros tenistas han tenido ciertos problemas con el público durante estas semanas de competición. Es el caso del español Nicolás Almagro, que se quejó del público chipriota cuando el murciano se medía a Marcos Baghdatis justo después, además, del robo de sus zapatillas.