Parece que en el mundo del fútbol no afecta la crisis. Al menos, no en la selección. Este viernes los capitanes de España y la Federación llegaron a un acuerdo verbal por el que cada futbolista recibirá 300.000 euros por ganar la Eurocopa. Eso supone un incremento del 25% respecto al premio recibido en 2008, aunque es la mitad del logrado por ganar el Mundial en Sudáfrica.
De este modo, los de Del Bosque cobrarían exactamente lo mismo que Alemania y sólo un poco menos que Francia, que tendrá un premio de 320.000 euros. Eso sí, mientras España sólo comenzará a ganar dinero por alcanzar las semifinales –ni un euro por llegar a cuartos-, tanto Francia como Alemania cobrarán por pasar la primera fase, 100.000 euros en el caso de los galos y 50.000 en el de los germanos.
No deja de ser un dato curioso habida cuenta de cómo está la economía en España, si bien es cierto que la prima es ofrecida por la Federación, que tiene sus propios sistemas de ingresos, como los muy generosos premios de la UEFA –que otorgará, por ejemplo, 24 millones de euros al campeón- o por los cotizados partidos amistosos ante la selección campeona del mundo.
Sin embargo, sí hay polémica con la fiscalidad de los premios. No hay que olvidar que en 2008 los futbolistas tributaron la totalidad de las primas en Austria, al 20%, gracias a un viejo convenio austro-español firmado por Franco en 1966. Es decir, el fisco español no vio ni un euro. En 2010 los internacionales intentaron pagar los impuestos en Sudáfrica, país que acogió el torneo, al 21%. Finalmente no lo consiguieron, tras la polémica surgida, y terminaron tributando en España, al 43%.
Ahora, los futbolistas se encontrarán con una fiscalidad aún superior, del 52%, tras la modificación de la ley tributaria. Es decir, que sólo ingresarían 144.000 euros por cabeza. Casi nada.