Parecía imposible que PP, PSOE, y los partidos nacionalistas se pudieran poner de acuerdo en algo pero la presidenta de la comunidad de Madrid lo ha logrado. Su petición de no celebrar la final de la Copa del Rey ha levantado ampollas en los pasillos del Congreso de los Diputados donde todos, o casi todos, reprueban las delcaraciones de la lideresa madrileña. El primero en manifestar su oposición fue el presidente del Congreso, Jesús Posada: "No, no. Yo las medidas de este tipo creo que tienen que tomarse cuando no haya más remedio. No digo que no se hagan pero como primera instancia, no me parece adecuado".
Tampoco quiso respaldar la propuesta la número dos del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, que hizo un llamamiento “a la reflexión a todo el mundo. El deporte es algo para disfrutar y no para hacer de él objeto de otro tipo de reivindicaciones y vamos a intentar no mezclar unas cosas con las otras”. El último miembro del Gobierno en pronunciarse fue el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien, con evidente gesto de desprecio, respondió así al ser preguntado si apoyaba la suspensión de la final de la Copa, tal y como pidió Aguirre: "No, perdón. Esto es una ehhh... sobre eso prefiero no comentar. Yo creo que no hay que mezclar la política con el deporte y lo que hay que esperar es que gane el mejor, el Barça o el Atleti".
El titular del ramo también abogó por "serenar los ánimos y los espíritus" aunque hablemos de fútbol y mandó un mensaje "para que vengan a Madrid tranquilos porque no va a pasar nada". Por ello, pidió a las aficiones "que nos ayuden" y aseguró que la policía cumplirá con su papel como siempre".
Las críticas fueron especialmente sangrantes entre los partidos nacionalistas y la Izquierda Plural. Desde éste último grupo, Joan Coscubiela apuntaba a la estrategia “bastante evidente” de “utilizar el partido del Barça y el Atletic para desviar la atención sobre los pufos de Bankia y sobre el déficit oculto de la comunidad de Madrid”.
El enfado no ha quedado exento en los pasillos por parte de algunos como el portavoz adjunto de CIU, Josep Sánchez Llibre: “Bueno es que yo, según qué tonterías, no las contesto”; Ana Oramas, de Coalición Canaria: “Lo que ha dicho Aguirre es una chorrada”; o Alfred Bosch, de ERC: “Yo a quien me apetecería silbar es a Esperanza Aguirre. Yo creo que ha actuado como pirómana y de inquisidor mayor. Y lo que le aconsejaría a la presidenta es que en vez de juzgar a los demás que abra los libros de cuentas de la Comunidad de Madrid". "Es posible que Madrid se esté quemando en unos días porque una compañera suya de partido se comporta como una hooligan", llegó a vaticinar tras acusar a la presidenta de echar "leña al fuego".
Desde el PNV, Aitor Esteban, fue el encargado de atizar a Aguirre: "es meterse en camisas de once baras. Poner una mordaza a la gente es imposible y las declaraciones de Aguirre sólo contribuyen a centrar la atención del público en este tema y con ello contribuir a que si hay pitada pueda ser mayor. No ayudan a la causa que dice defender".
También desde el PSOE mostraron su rechazo. El antaño contrincante de la presidenta regional, Rafael Simancas, aprovechó el tirón para denunciar que "suspender el partido me parece una medida extraordinaria, un tanto exagerada. Castigaríamos a justos por pecadores. No estoy de acuerdo con la medida pero sí estoy de acuerdo con condenar la actitud de aquellos que quieren convertir una fiesta deportiva con otra cosa que no nos merecemos ni vascos ni catalanes ni españoles en general".
Ni tan siquiera Rosa Díez, la portavoz de UPyD, quiso ir por libre en este asunto y rechazó las declaraciones de Aguirre. Su propuesta fue la de "Si los seguidores del Barça y del Atletic lo que quieren es boicotear a quienes les da la copa, lo que que tienen que hacer es no jugar la Copa. Si les repugna la figura institucional que les da la Copa, lo que tienen que hacer es no jugar la Copa. ¡Lo tienen tirao!".