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Llegó la hora de la verdad

Faltan minutos para que arranque el partido más esperado del año en el continente europeo. Bayern y Chelsea, listo para cumplir el sueño.

Llegó la hora. Ya no hay pasado. Ya nada importan las bajas para el partido, los resultados logrados en las rondas previas, las eliminaciones de los favoritos, o los disgustos en forma de tarjeta. El partido más importante del año, probablemente el más importante de toda una carrera, está a punto de comenzar.

Bayern de Munich y Chelsea se dispuatarán en unos minutos  (20:45 TVE / Aut.) el trono europeo en el imponente Allianz Arena. Los teutones parten como favoritos, pero después de lo visto ante el Barcelona, nadie puede fiarse de este Chelsea.

Juup Heynckes no podrá contar no podrá contar con jugadores importantes como Badstuber, David Alaba y Luiz Gustavo, mientras que Di Matteo tiene las bajas también por sanción de John Terry, Branislav Ivanovic, Raul Meireles y Ramires. Dos equipos que se juegan la temporada en este choque, al haber sido incapaces de conquistar el título liguero respectivo.

La última gran oportunidad

Desde la llegada de Roman Abramovich al Chelsea, hace ya ocho años, el objetivo era uno: ganar la Copa de Europa. Hasta la fecha, no lo ha conseguido. A punto estuvo en 2008, cuando cayó en la tanda de penaltis ante el United. De aquél equipo quedan grandes futbolistas como Lampard, Terry, Drogba o Essien. Jugadores que están en la recta final de su carrera, a punto de abandonar Londres, y que ven en este partido su última gran oportunidad para cumplir el sueño.

No estará por la labor de permitirlo el Bayern de Munich, que quiere hacer valer la condición de anfitrión para conquistar su quinta Copa de Europa. La última, hace once años, de infausto recuerdo para el fútbol español. Ante el Valencia, también en la tanda de penaltis.

Precisamente sabor español tendrá este partido. Juan Mata y Fernando Torres, que volverá a enfrentarse a su amigo Lahm, defenderán la camiseta del Chelsea en el Allianz. Un mal menor después del batacazo que supuso que ni Real Madrid ni Barcelona llegaran a una final que todos, todos, esperaban.

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