Tras confirmarse el descenso a la segunda división holandesa, Rogier Meijer no pudo contener las lágrimas y, sentado en el césped, comenzó a llorar. Su hija salió a buscarle y no dudó ni un segundo en consolar a su padre.
Este acto llamó la atención de las cámaras de televisión allí presentes. Ha sido una de las imágenes de la jornada en Holanda.