Después de la goleada al Mallorca en el último partido de Liga (4-1), el Real Madrid se ha dado otro gran baño de masas y, tras las celebraciones que vivió hace diez días en La Cibeles, esta vez ha festejado el título en su estadio, ante los cerca de 80.000 aficionados que lo han abarrotado.
Nadie ha querido perderse esta nueva fiesta, que comenzaba con la aparición del tenor Plácido Domingo, completamente vestido de blanco, sobre el césped del Santiago Bernabéu. Allí han lucido las 31 ligas conquistadas anteriormente por el Real Madrid. A continuación fueron apareciendo, uno a uno, los componentes de la plantilla blanca, que subieron a una plataforma en la que se leía la inscripción Campeones.
Unos de los más aclamados fueron Cristiano Ronaldo, máximo goleador del campeonato con 46 tantos, y Gonzalo Higuaín, a quien la afición ha pedido que se quede la próxima temporada. "Pipita quédate, Pipita quédate", le cantó el Bernabéu al argentino, que dejaba un mensaje con sabor a despedida al afirmar que "han sido seis años maravillosos".
Lo cierto es que no ha despejado Higuaín las dudas sobre su futuro cuando le tocó el turno de palabra ante un Bernabéu lleno. Le dio la palabra Sergio Ramos con un mensaje de apoyo: "No quiere hablar pero nos ha dado y nos dará muchas alegrías". Entre el abrazo emocionado de dos capitanes, Ramos e Higuaín, se coló Álvaro Arbeloa, que cogió el micrófono y comenzó a cantar: "Pipita quédate, Pipita quédate". Le siguió toda la plantilla, que rodeó a Higuaín entre saltos y cantando.
Emocionado, Higuaín habló a la afición y no confirmó su continuidad. "La verdad es que no tengo palabras para agradecer todo este cariño. Es impresionante. No se vive todos los días". "Han sido casi seis años aquí, fueron años maravillosos en los que siempre tuve que pelear. Nadie me regaló nada. Fue a base de trabajo. Estoy muy agradecido a este club, lo apoyé lo que pude cuando me tocó estar en el campo. Ojalá salga todo bien", manifestaba el Pipita ante una afición que no cesó de pedirle que no se marche del Madrid.
El último en subir al escenario de los campeones fue el técnico José Mourinho, que hizo un gesto de alabanza hacia sus futbolistas antes de subir. Fue una de las imágenes de la noche, como también lo fue la de José Callejón subiéndose a caballito de Mou. Le devolvía así la moneda después de el técnico portugués se le subiera encima en el partido de Liga en Mestalla ante el Valencia (2-3). "Quería hacer una última cosa antes de acabar la temporada. Voy a ser muy feliz al hacer esto", dijo sacando de un segundo plano donde estaba Mourinho y subiéndose a su espalda para cantar "campeones, campeones".
Otra de las imágenes de la noche fue la de Iker Casillas y Sergio Ramos levantando a la par la copa de la Liga después de recibirla en el palco de manos del presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, a quien la afición dedicó una sonora pitada.
Los festejos terminaban con los habituales fuegos artificiales poniendo colorido a una noche apoteósica, digna del mejor campeón de toda la historia, al haber sumado 100 puntos de 114 posibles. Cuatro años después, la Liga vuelve a un Santiago Bernabéu que se ha vestido de gala para la ocasión.