El técnico español de la Roma, Luis Enrique Martínez, ha anunciado a sus jugadores que abandonará el equipo a final de esta temporada, según informan en sus ediciones digitales los diarios deportivos Corriere dello Sport y La Gazzetta dello Sport.
La marcha de Luis Enrique llega tras un año al frente del banquillo giallorrosso, en una temporada en la que la Roma ha sumado, a falta de una jornada para la conclusión del Campeonato, 53 puntos, lo que le sitúa en el séptimo puesto de la tabla y le deja fuera de Europa de cara a la próxima campaña.
El técnico asturiano comunicó su decisión a los jugadores durante el entrenamiento celebrado en Trigoria, la ciudad deportiva de la Roma, en una charla en la que aprovechó para agradecerles sus esfuerzos y despedirse de ellos.
Fuentes de la entidad consultadas por EFE declinaron comentar la noticia y emplazaron a un eventual comunicado oficial por parte del club.
Luis Enrique llegó al banquillo de la Roma el pasado verano tras tres temporadas al frente del filial del Barcelona, para tomar el relevo del italiano Vincenzo Montella.
La marcha del técnico asturiano ya había sido contemplada por los medios de comunicación en las últimas semanas, que incluso se atrevieron a señalar al portugués André Villas-Boas como su posible sustituto.
En esta misma línea se había expresado el director deportivo de la Roma, Walter Sabatini, el pasado 1 de mayo tras el encuentro liguero de la Roma con el Chievo. Sabatini dijo entonces que creía que Luis Enrique estaba pensando en su adiós ya que "no sintiendo el apoyo para sí mismo" no sentía que pudiera trasladarlo al equipo y, por tanto, no quería poner a la Roma, equipo y club, "en una situación de desequilibrio".
Los aficionados de la Roma, entusiasmados por la llegada de nuevos accionistas y de un joven entrenador que abriría una nueva etapa, habían perdonado la salida de la fase previa de la Liga Europa, los dos derbis contra la Lazio perdidos, incluso los dos 4 goles encajados contra el Juventus, pero la derrota contra la Fiorentina, el pasado 25 de abril, en el estadio Olímpico romano colmó el vaso.