El Atlético de Madrid optará este miércoles a su segundo título de la Liga Europa en menos de dos años, el tiempo que separa la "increíble, inolvidable y hermosa" final de Hamburgo en 2010, según recuerdan los futbolistas que aún siguen en el equipo, a la cita de este miércoles en Bucarest frente al Athletic Club.
Del 12 de mayo de 2010, una fecha ya imborrable en la memoria y en la historia del club, cuando el conjunto madrileño se impuso al Fulham inglés por 2-1, con dos goles del uruguayo Diego Forlán, el último y definitivo en la prórroga, en el minuto 115, al 9 de mayo de 2012, otro gran desafío europeo para la plantilla rojiblanca.
"Fue una final muy especial. Quién nos lo iba a decir que hace dos años la ganamos. Hace dos años, mucha gente pensaba que el Atlético de Madrid ya no iba a volver a jugar más finales y se hablaba de que el Atleti gana un título cada diez años", recuerda el capitán, Antonio López, quien levantó el título en Hamburgo, donde el equipo volvía a ganar un trofeo europeo después de 48 años.
"Este grupo ha logrado otra vez llegar a este gran partido y esperemos que todo se decante a nuestro favor", continúa el lateral atlético, que ya ha ido explicando "todo" a los jugadores nuevos en la plantilla, "cómo se vive la final, cómo es antes y después; ellos saben que este equipo es grande, los nuevos lo han visto este año". "Yo les explicaba cómo fue el partido con el Sevilla en el Camp Nou (cuando la afición no paró de animar al equipo incluso media hora después de la finalización del encuentro y de la derrota de su conjunto). No se lo creían, pero era así. Están todos mentalizados de que tienen que esforzarse mucho para poder levantar otra copa", afirmó Antonio López, titular en el lateral izquierdo en Hamburgo.
En aquel choque compartió defensa con Álvaro Domínguez y el colombiano Luis Amaranto Perea, los dos centrales que disputaron el duelo contra el Fulham hace dos años. El checo Tomas Ujfalusi, en el lateral derecho, completó la zaga del conjunto rojiblanco, dirigido desde el banquillo por Quique Sánchez Flores. "Lo viví con mucha alegría y mucha satisfacción. La gente era muy consciente de que después de muchos años nos jugábamos algo único. Y ahora nos llega una segunda oportunidad de hacer historia. No todos los jugadores tienen la suerte de estar tantas veces a las puertas de lograr algo grande", explica Perea.
"Aquella noche fue muy bonita. Los momentos previos fueron de mucha tensión. No tenía nervios, pero sí ese cosquilleo de saber que te estás jugando la vida, y ésta no va a ser menos. Vamos a por todas y esperemos que nuestros aficionados se vayan contentos a casa", declara, por su parte, Domínguez.
En el medio centro jugaron Paulo Assunçao, otro de los futbolistas que repetirán final en Bucarest, aunque esta vez con un papel más secundario sobre el césped -en Hamburgo jugó los 120 minutos y este miércoles se perfila como suplente-, y Raúl García, que ha jugado esta temporada cedido en el Osasuna. Las bandas fueron para José Antonio Reyes y el portugués Simao Sabrosa y la delantera estuvo formada por el uruguayo Diego Forlán y el argentino Kun Agüero.
Ninguno de los cuatro sigue en el equipo: Reyes salió este invierno rumbo al Sevilla, Simao un año antes con destino al Besiktas y Forlán y Agüero se fueron del Atlético el pasado verano al Inter y al Manchester City, respectivamente.
En la prórroga saltó al campo el argentino Eduardo Salvio, que también comenzará el duelo desde el banquillo. "Estoy muy contento de disputar otra final. Esperemos que tenga el mismo fin que la anterior", repasa el atacante, que mantiene los recuerdos "más hermosos" de la final ganada en Hamburgo el 12 de mayo de 2010. "Tengo los recuerdos más lindos que pueda haber. Fue un día increíble e inolvidable. Esta vez tenemos otra oportunidad, otra final para disputar y esperemos hacer un gran fútbol y un gran partido para repetir esos recuerdos", añadió Salvio, uno de los siete jugadores que siguen en la plantilla desde la final de Hamburgo, junto a Perea, Domínguez, Antonio López, Paulo Assuncao, Tiago Mendes y Sergio Asenjo.
El portero se lesionó cuatro días antes en El Molinón. Su rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, de la que fue operado en la jornada previa a la final del Atlético en la ciudad alemana, le impidió estar junto con sus compañeros en aquel duelo. "La otra tuve que verla en el hospital y ésta espero disfrutarla con mis compañeros en Bucarest. Siempre piensas que llegar a una final puede ser muy difícil y para el Atlético poder disfrutar de dos es magnífico. Espero que esta también la ganemos y pueda disfrutarla con mis compañeros en el estadio", afirmó.
De la final "inolvidable" de Hamburgo a Bucarest
El Atlético vela armas de cara a la final española que jugará este miércoles ante el Athletic de Bilbao en el Arena Nacional de Bucarest.
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