Compás de espera por Di María

Ángel di María está protagonizando una temporada agridulce: pese a llevar seis goles (cinco en la Liga y uno en la Champions) y ser el máximo asistente del Real Madrid en el campeonato doméstico –lleva 13 asistencias, las mismas que Mesut Özil–, las continuas lesiones musculares están empañando el mejor año del futbolista argentino en España.

Después de lesionarse el pasado 31 de diciembre, al sufrir una "microrrotura fibrilar en el recto anterior del muslo derecho" en un entrenamiento en Valdebebas, el argentino no ha vuelto a levantar cabeza.

Regresó a los terrenos de juego hace un mes, el 18 de febrero, e incluso marcó un gol al Racing de Santander (4-0). El Fideo sustituyó a Mesut Özil a media hora del final y enchufó un partido que se apagaba al marcar un golazo, el que suponía el 3-0 provisional. Pero la mala fortuna se cebó otra vez con el argentino, que recayó de su lesión en el recto de la pierna derecha. Días después se informó de que el futbolista debería permanecer un mes de baja.

En este período, Di María se ha perdido seis partidos en los que el Real Madrid ha acumulado buenos números, con cuatro victorias (Rayo Vallecano, Espanyol, Betis y CSKA) y dos empates (CSKA -en el Luzhniki de Moscú- y Málaga), pero el juego de los blancos ha dejado más sombras que luces.

"Di María nos aporta aspectos del juego ofensivo y defensivo que no tenemos sin él", dijo el técnico José Mourinho tras la victoria ante el Racing. Y el tiempo, una vez más, le ha acabado dando la razón al portugués, que no piensa forzar al argentino este miércoles ante el Villarreal en El Madrigal. Si se cumplen los plazos, será el próximo sábado, frente a la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu, cuando se produzca el regreso del Fideo a los terrenos de juego.

En un principio Mou sólo le dará unos minutos frente a los donostiarras con la intención de que coja confianza. Sí podría devolverle a la titularidad tres días después, en la ida de cuartos de final de la Champions frente al APOEL Nicosia. Será desde entonces cuando el entrenador necesite a uno de sus hombres más desequilibrantes.