José Mourinho, técnico del Real Madrid, se ha mostrado respetuoso con la afición madridista y sus seguidores, de quienes ha dicho que "hacen grande al club", pero insistió en que el ambiente en el estadio Santiago Bernabéu debe ser más cálido y de apoyo a los jugadores, principalmente a los que no están acertados.
El encuentro ante el CSKA ruso de octavos de final de Liga de Campeones, en el que un sector de la afición del Bernabéu silbó cuando vio que su equipo se conformaba con el triunfo, provocó el agradecimiento de Mourinho a los ultras que alentaron y la crítica de su portavoz, Eladio Paramés, al resto de la afición.
Hoy, el técnico portugués mostró máximo respeto. "No tengo envidia de ninguna afición. Son cuestiones culturales y sociales de cada club. No se puede cambiar". "Me quedo con nuestra afición, con la pasión que demuestra en todo el mundo con su adicción al Real Madrid. Me quedo con el Bernabéu prácticamente lleno cada partido, hasta en Copa frente a equipos de divisiones inferiores. No critico a nadie", añadió.
Pero como entrenador, Mourinho desea un ambiente más intenso en las gradas y más apoyo para sus futbolistas. Recientemente a Ricardo Carvalho se le silbó por un mal partido y en Liga de Campeones los pitidos fueron para Kaká tras fallar en dos jugadas.
"Es mi trabajo buscar las mejores condiciones de éxito para mis jugadores. Que sientan cariño y fidelidad, que pueden errar y la gente te apoya, que están detrás cuando tienes un partido menos bueno. Criticar no es mi trabajo, no puedo hacerlo, está lejos de mi cabeza. Ellos son los que me pagan, no soy nadie para criticar".
Y terminó pidiendo el apoyo a su afición en un momento clave de la temporada. "Nos estamos jugando todo, en dos meses podemos ganar dos competiciones muy grandes, ganar una o nada. Los partidos en casa son fundamentales. Continúo pidiendo más cariño a la gente, aunque la respuesta no sea muy positiva".
"No lo pido para mi, porque no me gusta para nada que canten mi nombre, sino para los que viven momentos difíciles en el partido. El portero que hace una gran parada o el que marca no necesitan cariño. Le hace falta al que hace un error o falla el pase. Pido empatía entre gente y jugadores. Si tengo que elegir una afición escojo la mía, son los que hacen poderoso al club", sentenció.