El inglés Lewis Hamilton arrancará desde la pole en el Gran Premio de Australia, el primero del Mundial de Fórmula Uno, después de una calificación en la que McLaren copó la primera fila y en la que Ferrari tuvo un mal día, al acabar el español Fernando Alonso en duodécima posición.
Alonso pisó la hierba, perdió el control de su Ferrari y acabó varado en la grava tras salirse de pista en la entrada de la primera curva de la que hubiese sido su decimotercera vuelta de la calificación, la tercera de una sesión que se interrumpió unos instantes -a falta de ocho minutos- a causa de este incidente.
El piloto ovetense no entró en la Q3, reservada a los mejores diez, una sesión a la que tampoco accedió su compañero brasileño Felipe Massa, que acabó en la decimosexta posición en una jornada para olvidar desde la óptica de la escudería italiana.
Hamilton, vencedor en 2008, fue el primero de los seis campeones mundiales en liza en golpear y mañana saldrá desde la primera fila junto a su compañero y compatriota Jenson Button, que ganó el título un año después que el anterior.
Tras ellos, desde la segunda, lo harán el francés Romain Grosjean (Lotus), que sorprendió con su tercer puesto, y el séptuple campeón alemán Michael Schumacher, que confirmó que Mercedes se puede erigir en una de las revelaciones de la temporada.
Lewis ya avisó en la tercera y última sesión libre, en la que, al haber sido en mojado los dos ensayos del viernes, cada piloto dispuso de un juego extra de neumáticos. En la que Alonso -que había acabado la jornada del viernes con buenas sensaciones- no pasó del decimosexto y Massa firmó el 18, dejando entrever lo que podría suceder en una calificación a la que Ferrari entró advirtiendo desde su gabinete de comunicación que sería dura, admitiendo que sería "inútil esconder la verdad".
El asturiano advirtió a los responsables de su equipo que este año no podrán esperar hasta la novena carrera para ganar el primer Gran Premio y que en sus manos está la posibilidad de revertir con la mayor rapidez posible una situación que aún es mejorable.
Peor le fueron las cosas al finlandés Kimi Raikkonen, campeón del mundo en 2007, que ni siquiera pudo meter su Lotus en la Q2 y saldrá desde el puesto 18.
El alemán Sebastian Vettel, que el año pasado arrasó para convertirse en el bicampéon mundial más joven de la historia, seguramente tampoco se haya marchado contento a casa con la sexta plaza de una jornada en que los Red Bull reservaron la tercera fila, con el australiano Mark Webber quinto.
En la que al fin el otro español, Pedro de la Rosa, que no lo hizo el viernes, pudo dar su primera vuelta cronometrada, en el último ensayo. Y otras seis más en la cronometrada principal, en la que firmó el penúltimo puesto, por delante de su compañero indio Narain Karthikeyan.
Los tiempos de los dos coches de HRT no entraron dentro del 107 por ciento preceptivo y teóricamente no podrán disputar la carrera de mañana, aunque han solicitado a la FIA poder hacerlo, dejando en manos de los comisarios esta decisión.
El mexicano Sergio Pérez (Sauber) pasó el primer corte, pero un problema en la caja de cambio le impidió salir en la Q2 y mañana arrancará decimoséptimo. Al lado de Kimi. Mucho mejor día tuvo el venezolano Pastor Maldonado (Williams), que podrá soñar con puntos al salir desde la octava posición. En una carrera que se disputará en un circuito semiurbano -con dos zonas de DRS- al que mañana está previsto que se den 58 vueltas para completar un recorrido de 307,5 kilómetros que señalará al primer líder del Mundial 2012.
Un certamen que concluirá el 25 de noviembre, después de veinte carreras -dos de ellas en España- en Brasil. Con la novedad de la recuperación del Gran Premio de Estados Unidos, que no se disputaba desde 2007 y que en esta ocasión tendrá lugar en el nuevo circuito de Austin (Texas).