Cuando Eric Abidal fue manteado por sus compañeros a final de mayo pasado, minutos después de que el Barcelona ganara en Wembley su cuarta Copa de Europa, muchos pensaron que el tumor que, apenas dos meses antes, había sido localizado en su hígado ya era historia.
Pero la realidad ha sido otra. Este jueves, justo un año después de conocerse la noticia, el Barça informaba en un escueto comunicado de que el defensa francés tendrá que pasar por el quirófano para someterse a un trasplante de hígado en las próximas semanas "dada la evolución de su proceso hepático". "El trasplante era una opción ya indicada desde el inicio de su tratamiento hace un año", recordaba el club azulgrana en su web oficial.
Pese a que se han facilitado muy pocos datos de la enfermedad de Abidal "por expreso deseo de la familia", Rafael Matesanz, presidente de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y autor principal de la Directiva Europea de Transplantes, se muestra pesimista cuando se le pregunta por una posible vuelta a los terrenos de juego. "Lo que se localizó en Abidal era un tumor hepático maligno, más que nada porque cuando son benignos ya no vuelve a aparecer al extirparse la zona afectada. Además, tampoco requieren de un trasplante más adelante", explica el doctor Matesanz.
Dependiendo de lo que requiera, el jugador tiene dos posibilidades de trasplante. La primera es que un familiar le done una parte de su hígado o, la más frecuente, que reciba el órgano de un donante fallecido. "La característica más importante del hígado es que es un órgano capaz de regenerarse, por lo que si hace un año le quitaron una parte, ahora mismo ya lo tiene entero. ¿Qué le harán? Depende. Una posibilidad bastante realista es que le trasplanten todo el órgano para evitar que se reproduzca el tumor. Este tipo de operación es muy frecuente", comenta Matesanz, que ilustra su afirmación con datos: "El año pasado en España se realizaron 1.137 trasplantes de hígados enteros, mientras que de forma parcial fueron 28", recuerda.
En cuanto a "las próximas semanas" que le queda para ser sometido al trasplante, tal y como señala la nota del Barcelona, Matesanz precisa que si el defensa galo es intervenido para un trasplante total de hígado, "la media de espera se sitúa más o menos en cuatro meses".
Sea cuando sea que Abidal pase por quirófano y del tipo de intervención que le hagan, la pregunta que se hacen los aficionados es si volverán a ver al jugador vestido de corto. "Hay muchísimos deportistas de élite o gente que hace ejercicio intenso que han sufrido un trasplante. Quizá el mayor problema que encuentro no es tanto el esfuerzo físico, porque tras operarse el año pasado al poco volvió a jugar a un buen nivel, sino que el fútbol es un juego de contacto, y más en la posición de defensa que ocupa Abidal. Un mal golpe en la zona afectada es peligroso", explica.
Así, este especialista recuerda que dependerá del propio jugador y de los servicios médicos del club y del hospital. Ellos serán los que valoren los riesgos de su vuelta al fútbol de élite.
Por el momento, lo que más claro está es que tras la operación, Abidal tendrá que pasar unos cuantos meses de baja a la espera de que no haya complicaciones, tales como el rechazo del órgano o la aparición de alguna infección. "No hay una ciencia exacta para decir cuánto es este tiempo, si va todo bien, podemos hablar de unos seis meses, que es el periodo de normalización para saber si responde al trasplante. Después ya se verá, a todos nos sorprendió que al poco tiempo de su primera intervención volviera al campo, eso demuestra que es un chico fuerte, veremos", concluye Matesanz