Un año más y, como siempre por estas fechas, la renovación de Pep Guardiola sigue siendo una incógnita. El técnico azulgrana es el último que queda en la plantilla por renovar. El de Santpedor está cansado de que se le pregunte por este tema en todas las ruedas de prensa, aunque en ninguna de ellas ha explicado cuáles son los motivos reales por los cuáles aún no lo ha hecho.
Ha salido a la luz una razón por la cual se está retrasando semana tras semana la ansiada renovación de Pep Guardiola por los barcelonistas. Y es que el entrenador culé habría pedido como condición imprescindible para prolongar su contrato que retiren la demanda que hay interpuesta contra Joan Laporta, expresidente del Barcelona. La cúpula del club ha interpretado este gesto como un pulso al que, de momento, no están dispuestos a ceder.
El técnico del Barcelona nunca ha escondido la amistad que tiene con el expresidente azulgrana. El pasado septiembre, Pep Guardiola dijo en rueda de prensa sentirse "triste por la situación que está viviendo la anterior directiva". La defensa fue más allá y explicó que "tengo mucho cariño a la junta de Laporta porque me escogieron, el mérito es suyo, y estoy triste por lo que está pasando. Laporta cogió el club en una situación más precaria que la que hay ahora e hizo cosas extraordinarias".
Guardiola también dejó caer que no sabía cómo acabaría todo pero que sabía que lo estaban "pasando mal y no se lo merecen". Y parece ser que el técnico azulgrana está usando su renovación como medida de presión para que retiren la demanda que hay contra Laporta.
Pase lo que pase, lo cierto es que o bien Guardiola o bien Rosell saldrán perdiendo en función del resultado final de este tira y afloja. Habrá que esperar.