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El Madrid regresa a tiempo

Los blancos recuperan su mejor versión a cuatro días de que arranque la Copa del Rey en Barcelona.

El Real Madrid llegaba al Palacio San Pablo tras dos derrotas consecutivas ante el Gescrap Bizkaia, una en la Liga como local y otra en Bilbao en la Euroliga. Una racha que, más que de cara a este choque, creaba dudas a tan solo cinco días de que arrancara la Copa del Rey, uno de los grandes objetivos de la temporada. Pero esta tarde se desquitó y se reencontró con sus mejores sensaciones, tras vapulear al Banca Cívica.

Y eso que llegaba con la baja de Ante Tomic, aunque también el Banca Cívica tenía una ausencia notable, el pívot estadounidense Paul Davis, jugador básico en el potencial de los de Joan Plaza. Estas circunstancias, unidas a que los dos equipos tenían en la mente también la Copa del Rey que disputarán el próximo fin de semana en Barcelona, se tradujo en un partido con poco ritmo en sus inicios.

El Banca Cívica, como es habitual, defendió bien, pero en ataque estuvo espeso ante la intimidación de los hombres altos de la formación que entrena Pablo Laso. Así, el equipo visitante llevó la iniciativa en el marcador, aunque su máxima ventaja en el primer cuarto sólo llegó a ser de seis puntos (9-15) a falta de un minuto para concluir este parcial, que lo cerraron los locales con una canasta para dejarlo en 11-15.

Otra cosa diferente se vio en el segundo cuarto, porque el Real Madrid sí mostró entonces que es el mejor ataque de la Liga y empezó a superar con claridad la defensa local. El Banca Cívica se mantuvo con pésimos porcentajes ante la canasta rival y el partido entró en un claro dominio del equipo madrileño, que llegó a sacar una ventaja de diecisiete puntos (20-37) a falta de dos minutos para el descanso.

El base estadounidense Earl Calloway rompió la maldición del tiro exterior para los locales con dos triples que frenaron la neta supremacía del rival, donde destacó en la primera mitad el gran trabajo en todas las facetas del pívot Felipe Reyes.

Con un 26-39 empezó la segunda parte y con la sensación de que la ausencia de Paul Davis pesaba mucho en el rendimiento hispalense y que el Real Madrid, sin forzar, podía llevarse el partido, hasta el punto de que en el tercer cuarto los visitantes lograron un parcial de 12-32 que dejaron los últimos diez minutos de juego como los de la basura debido a la contundencia madridista y a la resignación local después de que tuvieran una máxima desventaja de 36 puntos (35-71).

Con todo dicho, los de Pablo Laso no quisieron hacer demasiada sangre del rival herido y solo forzaron para mantener la clara ventaja con la que acabó el tercer cuarto y dejarla definitivamente en 35 puntos (63-98).

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