Más de 16 meses después de dar la rueda de prensa en la que aclaraba que era inocente por un positivo por 50 picogramos de clembuterol el 21 de julio de 2010, Alberto Contador ha vuelto a aparecer ante los medios para defenderse. Más serio, más comedido, pero también con el aspecto de una persona derrotada.
Poco más de 24 horas después del fallo del TAS, el ahora doble ganador del Tour ha vuelto a hablar ante los medios y ante toda la opinión pública. Curiosamente, el mejor ciclista español del momento ha estado acompañado por Bjarne Riis, su director de equipo, un ex ciclista que en el Tour del 96 tumbó a Induráin, el mejor ciclista español de todos los tiempos, y que lo hizo dopado, como reconoció años después. Pero hoy le tocaba a Contador, que ha seguido el mismo discurso de aquel 30 de septiembre de 2010. Sólo que esta vez más medios se han dado cita. Tampoco han faltado sus familiares, quienes incluso han derramado alguna lágrima a lo largo del discurso de Contador, ni vecinos, que lo han recibido entre aplausos.
Ha comenzado explicando que tiene "un sentimiento de decepción enorme, que ha sido una desilusión". "Hace ya un año y medio que comenzó todo esto, un año y medio durísimo. Ha sido un auténtico calvario que no le deseo a nadie". Amargo, enérgico, ha lamentado una "sanción totalmente injusta".
Pero a la vez, ha dicho tener "un sentimiento de satisfacción" porque "la resolución deja claro que no me he dopado". A pesar de ello, a pesar de que el TAS no haya encontrado indicios de dopaje (sí que dio positivo), ha recibido la pena máxima: una multa económica (Contador ya da por hecho que tendrá que pagar los cerca de dos millones y medio de euros que le pedirá el TAS) y dos años de sanción con carácter retroactivo, por lo que pierde todo lo ganado desde entonces, que incluye el Tour de Francia de 2010 y el Giro de Italia de 2011 entre otros. Pero aunque le quiten las victorias, no le podrán quitar el recuerdo, ha subrayado.
Esos triunfos se los ha dedicado a toda su gente, unos momentos subido en el podio que no podrá olvidar. Y de eso sabe un ex ciclista que le acompañaba en ese momento, como un aficionado más, Óscar Pereiro. Al gallego le dieron el Tour de 2006 tras la sanción a Landis. Nunca lo sintió como suyo. Como tampoco ahora Andy Schleck o Michele Scarponi sienten como suyos el Tour o el Giro.
Y mientras recordaba sus victorias del pasado, Contador ya pensaba en el futuro. Seguirá en el mundo del ciclismo. "Voy seguir en el ciclismo plenamente. Voy a seguir practicándolo de forma limpia, como lo he hecho toda mi vida. Aunque ahora mi estado de animo no es el mejor, sé que esto me va a hacer muy fuerte en el futuro", ha declarado. Lo que no está tan claro es que siga en su actual equipo, el Saxo Bank de Bjarne Riis. Dice el director danés que durante la sanción rompen el contrato, pero "que la intención es continuar cuando vuelva en agosto".
Aunque antes, cabe una última opción. Acudir a la justicia ordinaria, en este caso, al Tribunal Federal Suizo. A esa instancia ya acudió Alejandro Valverde, y salió con un resultado negativo. Pero Contador ha matizado que siguen trabajando en ese sentido. "Mis abogados están viendo todas las posibilidades. Vamos a seguir luchando hasta el final. La decisión la tienen que ver los abogados. Les he dicho que hay que llegar hasta el último momento". Porque "algo falla en el sistema y cualquiera que lea la resolución no tendrá la más mínima duda".
Desde que conoció el lunes por la mañana la noticia de su sanción, el ciclista ha estado rodeado de los suyos. Así seguirá hasta el 6 de agosto. Descartados Giro, Tour y los Juegos Olímpicos, su principal objetivo es la Vuelta a España. Y entre aplausos y gritos de "Contador, Contador", el pinteño, ahora sí, con la cabeza más alta, ha abandona la sala. Volverá, pero será sobre la bici.
*El Sr. Ortín es autor del blog Chuparruedas