Esteban Granero llevaba una temporada muy gris en el Real Madrid. La falta de minutos le impedía rendir como de él se esperaba, porque de su calidad nadie dudó nunca. Pero llevar la manija del conjunto blanco es muy complicado, y para ello no basta con el talento. Hacen falta más cosas. Y, sobre todo, confianza. Algo que Granero, ante la ausencia de oportunidades, había perdido.
Se sentía tan en un segundo plano que estaba decidido a marcharse en el mercado invernal. A punto estuvo de hacerlo rumbo al Betis, como así lo confirmó el técnico verdiblanco, Pepe Mel. Sin embargo, la lesión de Sami Khedira hizo que Mourinho detuviera la operación. Nadie, ni siquiera el futbolista, se imaginaba que en aquel momento Granero se convertiría en el refuerzo del Real Madrid para la segunda vuelta.
En lo que llevamos de 2012, el Pirata lleva disputados 212 minutos. En todo 2011 jugó 226. Ha sido titular en los dos últimos encuentros, con sendas victorias ante el Athletic y el Zaragoza, y con muy buenas actuaciones. Y fue clave en la remontada no finalizada del Real Madrid en el Camp Nou, entrando en el campo con el 2-0 en contra.
Mourinho ha visto claro que Granero debe ser titular en este Real Madrid para acompañar a Xabi Alonso en la elaboración del juego. No hay duda de que en cuanto se recuperen Khedira, Di María y Xabi Alonso –baja este sábado ante el Getafe- su presencia en el once será complicada. Pero esto es el Real Madrid, y aquí no hay titulares indiscutibles.
Lo que está claro es que a día de hoy todos, entrenador, compañeros y Granero, han recuperado la confianza en un futbolista que nunca dejó de serlo. Sólo de sentirlo.