Ahora que se especula con su posible marcha del Real Madrid, José Mourinho ha dado muestras de su compromiso con el proyecto del club y en su meticulosidad para preparar los encuentros.
El portugués y su segundo entrenador, Aitor Karanka, han acudido a espiar al CSKA de Moscú, rival de los blancos en los octavos de la Champions, en la localidad malagueña de Marbella. El conjunto ruso está en la Costa del Sol haciendo un stage debido al parón invernal de su competición. El CSKA ha vencido (3-1) al Videoton húngaro y próximamente se medirá al Lech Poznan, Dinamo de Kiev y Rubin Kazan.
En los últimos días han aparecido diversas informaciones que apuntaban a que José Mourinho podría estar meditando abandonar el Real Madrid. Incluso, desde Inglaterra lo daban prácticamente por hecho.
Pero lo cierto es que el portugués sigue plenamente comprometido con el proyecto del Real Madrid y trabaja 24 horas para el club. El técnico portugués está haciendo una campaña prácticamente inmaculada en el campeonato nacional de Liga, donde a mitad de temporada ya le saca siete puntos al Barcelona. Pese a que a Mourinho "no le digan nada" esos siete puntos, lo cierto es que el Real Madrid llevaba cuatro años sin tener esa renta en lo alto de la clasificación.
Además, el entrenador ya prepara el asalto a la Champions League, espinita que guarda de la temporada pasada. Por ello, no se fía nada de su rival ruso y ha aprovechado su día libre para trabajar junto a su ayudante, lo que demuestra un gran compromiso.
Un rival acusado de dopaje
Por otra parte, el CSKA de Moscú ha sido acusado de dopaje por un exjugador del conjunto ruso. Se trata del portugués Daniel Carvalho, actualmente en el Palmeira, que ha justificado su sobrepeso a los anabolizantes que tomó cuando era jugador del CSKA.
"Entonces estaba delgado, pero pasé seis años en Rusia y acabaron dándome anabolizantes. Yo no sabía, infelizmente, que los estaba tomando. Me los suministraban en inyecciones y en seis meses engordé ocho kilos", ha revelado a Radio Estado ESPN.