Rafael Nadal jugará este domingo su segunda final del Abierto de Australia tras imponerse al suizo Roger Federer en la primera semifinal, resuelta en cuatro sets. El español desplegó un juego exquisito por momentos, y sólido y fiable cuando la tensión era máxima. Será su cuarta final consecutiva de un torneo de Grand Slam. El próximo domingo luchará por el título ante el vencedor del duelo que dirimirán este viernes el serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, y el escocés Andy Murray (4).
Federer empezó el partido con ganas, muy fuerte defensivamente, arrollando a un nervioso y desarbolado Nadal. Para muestra, un botón: el helvético se llevó 12 de los 15 primeros puntos para ponerse con una ventaja de 3-0 en el primer set. Pero el manacorense no perdió la calma y poco a poco buscaba las sensaciones que le permitiesen remontar el encuentro. El punto de inflexión fue el séptimo juego, cuando Nadal aprovechó su primera bola de rotura para recuperar el servicio y llevar el set al tie-break. El desempate acabaría decidiéndose por un mínimo detalle: el mini-break que consiguió el suizo en el segundo punto.
Tras el primer set en el bolsillo, Federer intentó dar un mazazo psicológico a Nadal en el comienzo del segundo, al adjudicarse el primer servicio del español en blanco, pero la respuesta del de Manacor no se hizo esperar. Fue contundente e inmediata, pues le devolvió el break al juego siguiente. El número dos del mundo crecía sobre la pista a medida que el partido iba avanzando. Los golpes de Federer empezaban a ser menos efectivos y comenzó a encontrar las habituales defensas de Nadal, que acababan convirtiéndose en golpes ganadores que minaban la confianza del suizo.
Cuatro juegos consecutivos de Nadal, tras el 2-2, igualaron el partido en el marcador, aunque la sensación era que el duelo estaba decantándose cada vez más a favor del español. Federer no estaba cómodo en la pista Rod Laver Arena y la tensión le hizo cometer dos dobles faltas en su primer servicio del tercer set. El español tuvo un 0-40, pero dejó escapar con vida al suizo. El tenista balear se mantenía muy cómodo al servicio y sólo cedió dos puntos en sus tres primeros juegos, aunque en el cuarto titubeó y el número tres mundial apretó.
Nadal pudo defender las tres primeros puntos de rotura de Federer, pero en el cuarto tuvo que entregar el juego. Aún así, la solidez mental del manacorense volvió a hacerse patente y el de Basilea no pudo consolidar la rotura. El set caminaba hacia otro desempate, aunque el de Manacor dispuso de un punto de set sobre el saque del suizo que no pudo convertir. En esta ocasión fue Nadal el que jugó un gran desempate colocándose 6-1, pero le tembló el pulso a la hora de cerrarlo y apuró hasta el último punto de set para acabar cerrando la manga.
El cuarto set subió en emoción. A Nadal le funcionó de maravilla el revés cruzado y seguía en la pista con una gran intensidad y velocidad de piernas. Federer aguantó el vendaval como pudo, hasta que en el noveno juego el español del dio la puntilla para convertirse en el primer finalista del Abierto de Australia, donde espera destronar a Novak Djokovic.