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Las interminables ojeras de Miranda de Ebro

La localidad burgalesa, de 40.000 habitantes, presume de su Mirandés, sorprendente semifinalista de Copa.

El CD Mirandés sigue haciendo historia en la Copa del Rey al eliminar a un tercer equipo de Primera División: ya superó al Villarreal y al Racing de Santander, y ahora ha hecho lo propio con el Espanyol de Mauricio Pochettino. El conjunto burgalés, líder del Grupo II de Segunda B, perdió la semana pasada en Cornellà-El Prat (3-2), pero en la vuelta ha firmado un triunfo por 2-1 que, gracias al valor doble de los goles fuera de casa, le permite estar entre los cuatro mejores de la competición. En esa ronda se medirá al vencedor de la eliminatoria entre Athletic de Bilbao y Mallorca, cuyo desenlace se vivirá esta noche en el Iberostar Estadio de Palma. Allí, los leones de Marcelo Bielsa defienden la ventaja de 2-0 conseguida en la ida.

El Municipal de Anduva, bautizado como el 'Pequeño Anfield', volvió a ser este martes una fiesta. Y eso que el comienzo de la segunda mitad no fue nada halagüeño, al adelantar Rui Fonte al Espanyol para poner el 4-2 provisional en la eliminatoria. Pero si algo no pierden los 40.000 habitantes de Miranda de Ebro y sus futbolistas es la fe. "Sí se puede", cantaba la afición rojilla, incluso cuando peor pintaba tras el 0-1, a la vez que trataba de amedrentar a los futbolistas del Espanyol: "¿Para qué venís, si sabéis que vais a perder?".

Dicho y hecho. Los hombres de Carlos Pouso no se vinieron abajo y Pablo Infante, el 'Messi del Mirandés', lograba empatar doce minutos después para sumar su séptimo tanto en la Copa. "Esto es Anduva, Anduva, Anduva...", cantaban los miles de seguidores del conjunto burgalés, estableciendo un paralelismo con el mítico cartel que reza a la entrada del estadio del Liverpool: "This is Anfield".

Pero el reloj corría en contra de los intereses del equipo modesto, que buscó por todos los medios ese gol que le diera la histórica clasificación para semifinales. Lo encontró de la forma más épica posible. En el último minuto del tiempo de descuento. Pablo botó una falta desde la izquierda y encontró la cabeza de Caneda, quien con un remate inapelable batió a un Kiko Casilla que nada pudo hacer.

Los casi 6.000 espectadores que abarrotaron Anduva -5.858, para ser exactos- vivieron una auténtica catarsis. Muchos de ellos saltaron al terreno de juego para abrazarse a los futbolistas mientras la ciudad, la segunda más poblada de la provincia de Burgos, vivía una fiesta sin parangón. A la policía le costó desalojar el césped y una gran parte de los aficionados esperó a que los futbolistas se cambiasen y celebrasen la histórica victoria en el vestuario para agasajarles en las inmediaciones del estadio.

Mientras tanto, algunos bares de la localidad burgalesa de Miranda de Ebro se empezaban a llenar de hinchas dispuestos a brindar por tamaña proeza. "Miranda entera se va de borrachera", proclamó Carlos Pouso a los cuatro vientos en la rueda de prensa posterior al partido. "Me siento mejor que Mourinho", añadió.

La resaca promete ser larga, pero también dulce. Los habitantes de Miranda tiene que volver este miércoles a sus quehaceres habituales. Pero lo hacen con una sonrisa de oreja, presumiendo de su matagigantes Mirandés, que no para de sorprender. El Athletic o el Mallorca puede ser su próxima víctima camino a la gran final.

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