Álvaro Arbeloa se ha borrado del primer clásico del año que el Real Madrid jugará frente al Barcelona, la próxima semana en el Santiago Bernabéu, en el primer asalto de cuartos de final de la Copa del Rey. En el minuto 88 del partido ante el Málaga en La Rosaleda, de vuelta de octavos de final, el salmantino soltó un incomprensible codazo a Nacho Monreal cuando los blancos iban ganando por 0-1, con lo que la eliminatoria estaba prácticamente sentenciada.
El defensa veía así la segunda tarjeta amarilla –el árbitro Miguel Ángel Pérez Lasa le mostró la primera en el minuto 30, precisamente por un agarrón a Monreal– y la consiguiente roja que le impedirá jugar frente al Barça.
La cara de José Mourinho en el banquillo era un poema. Aunque esta vez no lo haya hecho en público ante la prensa, el técnico vuelve a señalar a Arbeloa, con quien ya ha tenido sus más y sus menos en los últimos días. Cabe recordar que el luso le castigó por la "basura" de partido que hizo frente al Málaga en la ida, la semana pasada en el Bernabéu (3-2), dejándole fuera de la convocatoria ante el Granada en Liga (5-1). El otro castigado fue Fabio Coentrao, a quien el técnico no perdona el episodio de indisciplina que protagonizó el pasado 16 de noviembre, cuando llegó una hora tarde al entrenamiento en Valdebebas.
De entrada, la baja de Arbeloa obligará a Mou a deshacer el trivote en el centro del campo formado por Xabi Alonso, Khedira y Lass Diarra –o "triángulo de presión muy alta", como él prefiere llamarlo– en el que tanto confía últimamente. Así, Lass pasará en un principio a jugar como lateral derecho, mientras que Mesut Özil peleará con Kaká por un hueco en el once titular, aunque el técnico portugués también maneja las opciones de Marcelo y el propio Coentrao, un polivalente futbolista capaz de desenvolverse prácticamente en cualquier lugar del campo.