Primer contratiempo serio para José Mourinho de cara al partido que el Real Madrid jugará la próxima semana contra el Barcelona –salvo que Osasuna obre el milagro y elimine a los azulgranas– en el Santiago Bernabéu, en la ida de cuartos de final de la Copa del Rey. El técnico portugués tiene la duda de Sami Khedira, que este martes, en la vuelta de octavos contra el Málaga en La Rosaleda (0-1), tuvo que abandonar el césped en camilla por un esguince en el tobillo derecho.
El centrocampista alemán, que fue sustituido a los 43 minutos por su compatriota Mesut Özil, sufrió una entrada por parte de Sergio Sánchez tras un disparo dentro del área que obligó a intervenir a Willy Caballero. Khedira cayó mal junto a la línea de fondo y tuvo que ser atendido por los servicios médicos del Real Madrid, antes de ser retirado en camilla con ostensibles gestos de dolor.
En la rueda de prensa posterior al encuentro, Mourinho lanzaba un mensaje tranquilizador al afirmar que "casi seguro que no se trata de una lesión grave". En cualquier caso, habrá que esperar a las pruebas médicas para determinar el alcance exacto de su lesión.